lunes, 29 de febrero de 2016

Música: Beethoven, Giulietta y el Testamento de Heiligenstadt

Por: Arisbeth


La Sonata para piano n.º 14 en do sostenido menor "Quasi una fantasia", Op. 27, n.º 2, popularmente conocida como Claro de luna (en alemán Mondscheinsonate), fue escrita por Ludwig van Beethoven en 1801 y publicada en 1802 cuya primera edición apareció bajo el siguiente epígrafe:  

«Sonata casi una fantasía para clavecín o piano, compuesta y dedicada a la señorita condesa Giulietta Guicciardi, de Ludwig van Beethoven. Op. 27, n.º 2. Publicado en Viena en casa de Giovanni Cappi, Michaelerplatz N º 5.»

La «damigella» o señorita a la que se refería la dedicatoria anterior era su alumna, la condesa Giulietta Guicciardi de 17 años y de quien se decía que estaba enamorado. Se trataba de la hija del conde Guicciardi, personaje triestino que en la primavera de 1800 había sido trasladado a Viena como consejero de la Cancillería de Bohemia.
La contessa Giulietta Guicciardi por Renoir
La familia estaba emparentada con los Brunswick, muy amigos de Beethoven y el artista pronto contó a Giulietta entre sus discípulos aristocráticos, no aceptando ninguna remuneración por las lecciones en las que se mostraba muy exigente como profesor. En aquellos días se aproximaba el músico a los treinta años. Al cabo de algún tiempo, las relaciones entre profesor y alumna se convirtieron en un afecto más cálido. Esto se puede comprobar en su correspondencia, ya que después de una carta muy melancólica escrita a Wegeler, el maestro le dirigió otra en la que le decía:


«Ahora vivo más feliz. No podrás nunca figurarte la vida tan sola y triste que he pasado en estos últimos tiempos... Este cambio es obra de una cariñosa, de una mágica niña que me quiere y a quien yo amo... Al cabo de dos años he vuelto a disfrutar de nuevo algunos instantes de felicidad y por primera vez creo que el matrimonio podría hacerme feliz, pero desgraciadamente no es ella de mi posición y no puedo pensar en casarme 

Y Beethoven tenía razón, ya que en la familia de Giulietta había oposición a sus amores y aquella niña de diecisiete años de voluntad débil o inconstante muy poco después se casó con el conde Gllenberg, que era un músico "amateur" que escribía ballets bastante mediocres. La ruptura entre Giulietta y Ludwig se produjo inmediatamente después de ser publicada la sonata y el gran artista lloró amargamente su desengaño.

En mayo de ese mismo año (1802), y por recomendación del Doctor Johann Adam Schmidt, Beethoven se trasladó a Heiligenstadt para descansar en la temporada de verano, como era siempre su costumbre y como lo fue a lo largo de toda su vida. El verano en el campo era una etapa anual que Beethoven necesitaba de forma imprescindible.
Beethoven en el campo por Carl Schmidt
Añoraba la sensación de libertad, las caminatas por senderos de bosque, y las bellezas que podía regalarle la naturaleza. Era también muchas veces el período del año en el cual aparecían sus ideas musicales; las anotaba en sus innumerables cuadernos de apuntes, y usaba el invierno en Viena para pasar en limpio y terminar las obras que habían surgido durante el verano.
Ese año en particular, Beethoven no solo se mostraba derrotado por su fracaso amoroso, sino que además estaba atormentado por el aumento de su sordera; tenía ya la sensación de que era una enfermedad que no lo iba a abandonar fácilmente, y  sentía amenazada toda su vida por ella.  La indicación del Dr. Schmidt, abría una esperanza de que con la soledad y el silencio de una temporada en el campo podría descansar su oído, olvidarse de Giulietta y recuperar su salud.

Heiligenstadt era en ese momento una pequeña provincia separada de Viena. No solo un vecindario, parte de la misma ciudad, como en nuestra época. Se tardaba algún tiempo en llegar allí en carruaje. Deprimido y ya incapaz de esconder su afección creciente, el 6 de Octubre de 1802, Beethoven escribió un documento que guardó luego cuidadosamente, y que fue llamado después "El Testamento de Heiligenstadt".
Testamento -I- (facsímil)
En este emocionante documento, Beethoven revelaba su enfermedad y su angustia frente a la misma; además que tiene una cualidad emocional verdaderamente impactante.
Una adenda del testamento fue escrita unos pocos días después, el 10 de Octubre de 1802, y tiene el sonido de un epílogo de lo escrito anteriormente.

La redacción misma del "Testamento", se encuentra llena de errores de sintaxis y luce una puntuación absolutamente personal.  Las oraciones son largas, a veces de difícil realización y de bastante difícil comprensión. Evidentemente, el documento fue escrito bajo una fuerte presión emocional y tiene una cualidad de inmediatez e impacto muy alta.  La personalidad de Beethoven es claramente perceptible. Esto es evidente, también, en la lectura de sus numerosísimas cartas. Pese a que el compositor decía a menudo que no tenía ninguna facilidad para escribir, se las arreglaba perfectamente para transmitir sus fuertes pensamientos y emociones, claro, no con la misma cualidad estética que en la música, aunque con una muy parecida cualidad emocional. 
  
Una curiosidad del documento es que, mientras que el nombre de Karl aparece en los lugares adecuados, aparecen espacios en blanco a la izquierda de las apariciones del nombre de Johann.
Testamento -II- (facsímil)
Este hecho ha tenido numerosas posibles explicaciones, desde que Beethoven no estaba seguro del nombre completo de Johann (que era Nikolaus Johann) hasta que tenía sentimientos contradictorios acerca de sus hermanos, para trasferir al chico su odio de toda la vida hacia su padre alcohólico y abusivo, también llamado Johann. Podemos notar que hasta tres veces en la redacción el compositor omitió el nombre, pero lo cierto es que más allá de las diferentes hipótesis que sus biógrafos han esgrimido, tal vez nunca sabremos los porqués de las omisiones.

Se ha dicho que el Testamento de Heiligenstadt es la confesión mas sorprendente de Beethoven, ya que es una especie de reconciliación con el mundo para después de su muerte y el adiós definitivo al amor. Sin embargo, cabe hacer notar que su estructura nos obliga a pensar más en una despedida de un estado de ánimo en donde el músico representa su propia muerte para renacer y comparable en muchos aspectos con su Sinfonía Heróica; es decir, un autoretrato del artista como héroe, afectado por la sordera y alejado de la humanidad, que se esfuerza por dominar su inclinación al suicidio esperando hallar aunque fuese un solo día de alegría y amor.
Testamento -III- (facsímil)

Beethoven escribiría dos testamentos más, uno en 1824 y el definitivo pocos días antes de su muerte en 1827. Estos fueron documentos mayormente formales, redactados por un abogado, y racionalmente dedicados a legar sus muy pocos bienes.

Es interesante recordar que tras el entierro de Beethoven, Johann -su hermano- y otros personajes se abocaron a buscar los valores bancarios dejados por el compositor. Buscaron infructuosamente por tensos momentos, hasta que gracias a la intervención de Franz Holz, se encontraron en un gabinete los valores buscados, y al mismo tiempo y en el mismo lugar el Testamento de Heiligenstadt, junto a la carta a la Amada Inmortal escrita en 1812 y de la que en otro lugar hablaremos.
  
Ofrezco a Ustedes una traducción propia de los documentos referidos. En la misma, he tratado de respetar al máximo y conforme fue posible la redacción y puntuaciones beethovenianas... 

Después de todo, ¿quién soy yo, pues, para atreverme a corregir al Maestro de Bonn?

Testamento -Adenda- (facsímil)

«Para mis hermanos Carl y….... (Johann) van Beethoven:

¡Oh, hombres que me juzgáis malevolente, testarudo o misántropo! ¡Cuán equivocados estáis! Desde mi infancia, mi corazón y mi mente estuvieron inclinados hacia el tierno sentimiento de bondad, inclusive me encontré voluntarioso para realizar acciones generosas, pero, reflexionad que hace ya seis años en los que me he visto atacado por una dolencia incurable, agravada por médicos insensatos, estafado año tras año con la esperanza de una recuperación, y finalmente obligado a enfrentar el futuro una enfermedad crónica (cuya cura llevará años, o tal vez sea imposible); nacido con un temperamento ardiente y vivo, hasta inclusive susceptible a las distracciones de la sociedad, fui obligado temprano a aislarme, a vivir en soledad, cuando en algún momento traté de olvidar es, oh, cuan duramente fui forzado a reconocer la entonces doblemente  realidad de mi sordera, y aun entonces, era imposible para mi, decirle a los hombre, habla mas fuerte!, grita!, porque estoy sordo. Ah! Como era posible que yo admitiera tal flaqueza en un sentido que en mi debiera ser mas perfecto que en otros, un sentido que una vez poseí en la mas alta perfección, una perfección tal como pocos en mi profesión disfrutan o han disfrutado –Oh, no puedo hacerlo, entonces perdonadme cuando me veáis retirarme cuando yo me mezclaría con vosotros con agrado, mi desgracia es doblemente dolorosa porque forzosamente ocasiona que sea incomprendido, para mi no puede existir la alegría de la compañía humana, ni los refinados  diálogos, ni las mutuas confidencias, solo me puedo mezclar con la sociedad un poco cuando las mas grandes necesidades me obligan a hacerlo. Debo vivir como un exilado, si me acerco a la gente un ardiente terror se apodera de mi, un miedo de que puedo estar en peligro de que mi condición sea descubierta – así ha sido durante el año pasado que pasé en el campo, ordenado por mi inteligente medico a descansar mi oído tanto como fuera posible, en esto coincidiendo por mi natural disposición, aunque algunas veces quebré la regla, movido por mi instinto sociable, pero que humillación, cuando alguien se paraba a mi lado y escuchaba una flauta a la distancia, y yo no escuchaba nada, o alguien escuchaba cantar a un pastor, y yo otra vez no escuchaba nada, estos incidentes me llevaron al borde de la desesperación, un poco mas y hubiera puesto fin a mi vida – solo el arte me sostuvo, ah, parecía imposible dejar el mundo hasta haber producido todo lo que yo sentía que estaba llamado a producir, y entonces soporté esta existencia miserable – verdadera mente miserable, una naturaleza corporal hipersensible a la que un cambio inesperado puede lanzar del mejor al peor estado – Paciencia – Esta dicho que ahora debo elegirla para que me guíe, así lo he hecho, espero que mi determinación permanecerá firme para soportar hasta que a las inexorables  parcas les plazca cortar el hilo, tal vez mejoraré, tal vez no, estoy preparado.  Forzado ya a mis 28 años a volverme un filósofo, oh, no es fácil, y menos fácil para el artista que para otros – Ser Divino, Tu que miráis dentro de lo profundo de mi alma, Tu sabes, Tu sabes que el amor al prójimo y el deseo de hacer el bien, habitan allí. Oh, hombres, cuando algún día leáis estas palabras, pensad que habéis sido injustos conmigo,  y dejad que se consuele el desventurado al descubrir que hubo alguien semejante a él, que a pesar de todos los obstáculos de la naturaleza, igualmente hizo todo lo que estuvo en sus manos para ser aceptado en la superior categoría de los artistas y los hombres dignos.

Ustedes, mis hermanos Carl y ……, tan pronto cuando este muerto, si el Dr. Schmidt aun vive, pídanle en mi nombre que describa mi enfermedad y guarden este documento con la historia de mi enfermedad de modo que en la medida de lo posible, al menos el mundo se reconcilie conmigo después de mi muerte. Al mismo tiempo los declaro a los dos, como herederos de mi pequeña fortuna (si puede ser llamada de esa forma), divídanla justamente, acéptense y ayúdense uno al otro, cualquier mal que me hayáis hecho, lo sabéis,  hace tiempo que fue olvidada. A ti, hermano Carl te doy especialmente las gracias por el afecto que me has demostrado últimamente. Es mi deseo que vuestras vidas sean mejores y mas libres de preocupación que la mía, recomendad la virtud a vuestros hijos, esta sola puede dar felicidad, no el dinero, hablo por experiencia, solo fue la virtud que me sostuvo en el dolor, a esta y a mi arte solamente debo el hecho de no haber acabado mi vida con el suicidio – Adiós, y quiéranse uno al otro – Agradezco a todos mis amigos, particularmente al Príncipe Lichnowsky y al Profesor Schmidt – Deseo que los instrumentos del Principe L, sean conservados por uno de ustedes, pero que no resulte una pelea de este hecho, si pueden serviros de mejor fin, véndanlos, me sentiré contento si puedo seros de ayuda desde la tumba – con alegría me acerco hacia la muerte – si esta llega antes de que tenga la oportunidad de mostrar todas mis capacidades artísticas, habrá llegado demasiado temprano, no obstante mi duro destino y probablemente desearé que hubiera llegado mas tarde – pero aun así estaré satisfecho, no me liberará entonces de mi interminable sufrimiento?  Vengas cuando vengas, te recibiré con valor- Adiós y no me olvidéis completamente cuando este muerto, merezco eso de ustedes, habiendo yo pensado en vida tantas veces acerca de cómo hacerlos felices, sedlo -

Adenda: Heiligenstadt, 6 de Octubre de 1802»

«Para ser leído y ejecutado después de mi muerte
 
Heiligenstadt, 10 de Octubre de 1802, entonces de esta forma me despido de ustedes- y tristemente en verdad- si esa amada esperanza que traje conmigo cuando llegue de curarme al menos en parte – debo abandonar completamente, igual que las hojas de otoño caen y se marchitan así se ha destruido la esperanza – me voy – hasta el alto coraje  - que a menudo me inspiro en los bellos días de verano – ha desaparecido – Oh, Providencia – otórgame al menos un día de pura felicidad - hace tanto tiempo desde que la verdadera felicidad resonó en mi corazón – oh cuando – oh cuando, Oh Divinidad – la encontraré otra vez, en el templo de la naturaleza y de los hombres – Nunca? no – Oh eso seria demasiado duro.»

 


Bibliografía:  

- Heiligenstadter Testament. Ludwig van Beethoven - Briefwechsel Gesamtausgabe, Band 1, Brief 106, S. 121–123, hg. von Sieghard Brandenburg, München 1996, 
 - Lockwood, Lewis (2003). Beethoven: The Music and the Life. Nueva York: W. W. Norton.

6 comentarios:

  1. Ufff, qué entrada tan buena y bien documentada. Excelente Señorita Arisbeth, mis reconocimientos!

    ResponderBorrar
  2. Me encanto. Esta son las cosas por las que uno debe leer y más. Conocer las historias detrás de esas canciones. En su testamento se deja conocer un poco más éste gran personaje del cual soy fan desde la niñez.

    Felicidades Arisbeth!


    ResponderBorrar
  3. Válgame!!! Pero qué material tan extraordinario y vaya cultura que manejan los colaboradores del blog. De verdad, una entrada fuera de serie. La imprimo porque bien que vale la pena!

    ResponderBorrar
  4. Qué impresión este documento sobre Beethoven; gracias por compartirlo!

    ResponderBorrar
  5. Ah! El inmarcesible Beethoven y su poco conocido Testamento que por demás está decir es incongruente comparándolo con una de sus obras contemporáneas: la segunda sinfonía.
    Muy cierto: el documento no es en realidad un adios a la vida, sino más bien un adios a los viejos modelos y estereotipos para dar la bienvenida a ése Beethoven de las grandes sinfonías, conciertos y sonatas.
    Un tesoro de entrada!

    ResponderBorrar
  6. El amor en Beethoven siempre terminó siendo un ideal. Pensemos en su querida Leonora; toda su vida buscando una mujer como tal.

    ResponderBorrar