Texto por: Henry Castellanos.
Pintura:
José Benlliure. La barca de Caronte (1919). Valencia, Museo de Bellas Artes
Mi muerte efímera siempre fue al verte y conversar debajo de aquel árbol de sombra constante.
Soy un luchador, pero me rendía en tu regazo, ahora he de pagar contando historias de cuando éramos reales y no una farsa del amor plástico.
Vendí mi alma, para poder obtenerte y ahora la quiero de regreso aunque sigo queriendo tenerte. Aunque estés vacía y llena de cicatrices, quiero volver a estar muerto contigo y con más nadie.
Las putas mariposas que había en mi cabeza, bajaron hasta la barriga para convertirse en parásitos. Ahora te quiero con asco pero vuelo lejos.
Soy el incomprendido y tú la musa puta que haces las veces de cura pero eres más herida que una sutura.
Ahora te espero, como si hubiese olvidado, pero los poetas mediocres como yo jamás lo hacen.
No puedo vivir contigo, pero quiero morir por ti, menuda estupidez de una mente enamorada de los aullidos de dos lobos viejos y que sólo quieren compañía.
Suelo prender un cigarro cuando te vas, para borrar las huellas de unos besos que saben a costumbres, pero a pesar de todo me gustan porque sin ellos seguro me quejaría más de la vida, con ellos la veo absurda y con los pies en el suelo.
Somos vidas que aparecen en la sección de obituarios del diario de una ciudad más muerta que tú y que yo.
Te quiero con las tripas, pues no quiero herir más a un corazón idiota que es anzuelo para el dolor. Eres el alma que busqué en el infierno y más que eso eres amor y desamor, eres más fuego que quema y menos del que consume.
Preciosa... un placer leerla. Gracias y más por favor!
ResponderBorrarAy dios mio... pero de verdad que me gustó mucho!
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