sábado, 6 de febrero de 2016

Literatura: Alicia en el país de los conejos. (microcuento)

Por: Norma Barroso

ALICIA EN EL PAÍS DE LOS CONEJOS.


Ahí voy yo, la delicada Alicia tras el conejo blanco; el viento me despeina los rizos rubios, el follaje es sombra en el suelo. El conejo me sonríe, me guiña el ojo, me provoca con su ágil huida, me promete diversiones que extasían, pero nada es lo que parece ser. Tropiezo con raíces, resbalo por el lodo, insectos se estrellan en mi cara, la oscuridad me desorienta.
Ahí estoy, cayendo por el agujero mientras las raíces me rasguñan brazos y piernas. Mi ropa se ha tornado gris como mi corazón, el miedo gira conmigo y me lastima también. Siento desespero al sentirme en un vacío sin fin, hasta que el fondo detiene mi caída. Me incorporo sin ocultar el llanto pero entre las lágrimas, y de reojo, veo la figura del conejo artero.

Él me mira divertido y mueve su nariz para reconocer mi olor. Entre la pena, me acerco a acariciarlo, cuando escucho ruidos a mi espalda; temo dar la vuelta pero ellos me acechan, me rodean cientos de conejos con mirada perversa.
El terror me invade, quiero escapar pero no puedo. En manada salvaje arremeten contra mí, me sacuden, me jalan, llenan mi boca de barro, me golpean el estómago, muerden mis muslos, arañan mi piel, horadan mi inocencia.
Ahí yazco, en el fondo del agujero y de mi esencia, lloro a gritos para que el agua salada de mis desesperados ojos lave la humillación, pero nada puede hacerlo; el lodo y la sangre serán mi estigma.
Como puedo voy saliendo del sitio ultrajador, lento muy lento—; haciendo esfuerzos por mantenerme en pie, arrastro mi desnudo cuerpo hasta los límites del bosque. A lo lejos veo mi casa. Al ir hacia ella me duelen brazos, piernas, corazón y alma, mi cuerpo está desgarrado.
Ahí, en casa, llorando a los pies de mi madre, en busca de un consuelo que me es negado.
Ella frunce los labios, me mira desde arriba con desdén, con una mano me aparta de su regazo.
¿Y qué otra cosa podrías esperar, si te la pasas persiguiendo conejos?

7 comentarios:

  1. Señorita Barroso es usted oasis en el desierto.
    Muy agradecido por tan bello relato!

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  2. Norma: tus microcuentos son en verdad un microuniverso. Enhorabuena!

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  3. Gracias Norma por este extraordinario cuento. Un verdadero placer leerte!

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  4. Qué bello todo lo que hasta ahora nos has obsequiado Norma; que no decaiga por favor!

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