Por: Carlos
Zúñiga
La pregunta
que a todos nos circula por la cabeza es, “¿podré vencerlo?”; ciertamente yo no
puedo responder eso, ya que cada organismo es diferente y hay un sinfín de factores
que nos darán el resultado final. Existen casos de personas terminales que se
han “salvado” o extendido por mucho su tiempo de vida, así como otros con muy
buen pronóstico, que no obtienen muy buenos resultados.
Lo que sí
puedo hacer por ustedes y que intento compartir en este texto, es todo aquello
que me brindó un beneficio a lo largo de mi lucha. Trataré de administrarlo en
las categorías “Cuerpo” y “Mente”.
-Mente-
Esta es, sin
duda, la parte más importante de nuestro organismo, es la que define lo que
somos, la que nos permite percibir todo, nos da nuestra personalidad.
Miedo
El miedo se
define como “sensación de angustia por la presencia de un peligro real o
imaginario”. Creo que este, es uno de nuestros principales enemigos a
enfrentar; pero una vez que logras encararlo y aceptarlo, es un combustible que
puedes utilizar para lograr tus metas. Si bien nuestro “peligro” es real, al
mismo tiempo no lo es, ya que morir siempre ha sido un “peligro”; simplemente
que decidimos ignorarlo. Por eso yo les aconsejo: dejen que ese miedo los
mueva, no se autocompadezcan y se sienten a llorar todo el día, pues incluso al
borde de la muerte hay mucho por hacer y disfrutar.
Actitud
positiva
Todos vamos a
morir, esto es un hecho. Al presentarse una enfermedad como el cáncer,
básicamente todos recibimos una bofetada, todo parece perdido, las metas de la
vida se alejan, prácticamente todo se derrumba.
¿Qué hacer
entonces?
A) Hacerte
bolita y llorar.
B) Aceptarlo
y darle un giro a tu vida.
Si bien se ha
demostrado que la tasa de supervivencia del cáncer no está relacionada con una
actitud positiva, hay muchos otros beneficios que esta actitud nos puede
brindar; incluso de cierta manera nos puede ayudar a “disfrutar” nuestra etapa.
No quiero que se malinterprete la actitud positiva con estar siempre feliz o
sonriendo, todos necesitan llorar y desahogarse durante este proceso; a lo que
me refiero es que lo tomemos de la mejor manera posible.
De
experiencia propia sé que el cáncer no es algo fácil de “disfrutar”, pero por
extraño que parezca, es posible. La manera en la que yo aprendí a disfrutarlo
fue en base a mi actitud y mis acciones; pero sobre todo me dediqué a observar
todo lo que tenía a mi alrededor y a darle un uso productivo, me di cuenta que
daba demasiado por sentada mi vida y me estaba privando de disfrutarla.
Cuando recibí
mi diagnóstico me sentí terrible. Recuerdo que al llegar a mi casa decidí darme
un baño; lloré, grité y pataleé hasta el cansancio en la ducha, empecé a
cuestionarme “¿por qué a mí?”, “¿voy a morir?”, “¿qué hice mal?”, “¿me lo
merezco?”, me sentía abrumado y destruido. Después me cruzó por la mente “Es
solo otra enfermedad”, entonces me pregunté “¿cómo te curas de las
enfermedades?”, a lo que me respondí, “cuidándote”; a partir de ahí me dediqué
a hacer eso.
¿De qué
manera me cuidé? Tomando una actitud positiva. Dejé de quejarme y comencé a
tomar acciones; empecé a bromear de la enfermedad, me despertaba de buen ánimo
por las mañanas para ir a mi tratamiento, saludaba a gritos a las enfermeras
con una sonrisa de oreja a oreja. Un día, una mujer que padecía cáncer de mama
se acercó a mí y me preguntó, “¿Cómo le haces?”, “¿qué cosa?” ,le cuestioné;
contestó, “para tomar esa actitud de estar sonriente aun sabiendo que estás
enfermo”, a lo que yo dije, “simplemente decidí tomar esta actitud”. Ella me
comentó que nunca había imaginado tal cosa y que incluso asistía a grupos de
apoyo porque había sufrido anteriormente depresión.
Yo decidí
dejar de ver al cáncer como el fin, así que lo convertí en una etapa más de mi
vida, decidí que si debía morir a causa de él, estaba bien, pero no iba a morir
derrotado y triste, sino todo lo contrario, disfrutaría cada día. Y valió la
pena, así que entre A y B, creo que B es la mejor opción.
Amigos y familia
Las personas
a nuestro alrededor son una parte muy fundamental en nuestra salud mental y son
de las piezas claves para poder aprovechar nuestra ya mencionada actitud
positiva.
-Pide y se te
dará: En mi tiempo enfermo me percaté que podía pedir casi cualquier cosa y la
obtendría, y, ¿por qué no?, digo, si estoy pasando por una de las enfermedades
más horribles que ha experimentado la humanidad.
-Di lo que
sientes: No te guardes las cosas, en algunas ocasiones necesitas la compañía y
si no hablas estarás solo, o viceversa, tal vez querrás tiempo para estar a
solas y tendrás a mucha gente sobre ti preguntándote cómo te sientes, y cosas
similares.
-Haz nuevos
amigos y no te sientas mal por los que se alejen: Aprovecha y haz nuevos
amigos. Te encontrarás mucha gente maravillosa, desde el personal médico hasta
otras personas que están viviendo lo mismo que tú; es divertido compartir
experiencias con aquellos que también están enfermos, te darás cuenta muy
pronto quiénes son tus amigos reales y a cuántas personas en verdad les
importas, así como también notarás todas las personas que se alejarán; tendrán
sus razones, algunas simplemente no saben manejarse en esta clase de
situaciones.
-Abraza a tu
familia: Créeme, no lo lamentarás; abrázala a diario si es posible, diles
cuánto los amas y lo feliz que estás de que ellos sean tu familia; esto no sólo
te ayudará a ti, también a ellos. Conocí a varias personas que cuando estaban
cursando esta etapa, sólo se concentraban en ellos mismos y se irritaba y
discutían con sus familiares, sin darse cuenta que los estaban destruyendo. Es
normal estar enojado pero no descargues tu ira con ellos, nadie tiene la culpa
de esta enfermedad, no la hagas peor para ti y para los demás.
Mantén tu mente ocupada
Que estés
enfermo no significa que no puedas aprender cosas o mantener tu mente activa,
lee todo lo que puedas; si no te gusta leer, mira películas; si te apasionan
los videojuegos, adelante; o bien puedes aprender a tocar un instrumento o
incluso a cantar, no te derrotes más de lo que estás. Si tu tratamiento, tu
médico y tu estado de salud te permiten alguna actividad más exigente
físicamente, adelante.
Algunas
películas que yo recomendaría para esta etapa:
The Bucket List
Death Of A Superhero
50/50
Now Is Good
The fountain
Wish I Was here
Algunos libros:
Before I Die - Jenny Downham
The Tibetan Book of Living and Dying - Sogyal Rimpoché
The Last
Lecture - Randy Pausch
Conoce tu enfermedad
Durante mi
tiempo enfermo, me encontré con mucha gente que no se molestaba siquiera en
leer sobre lo que tenían. A mi parecer creo que mínimo deberías de saber el
nombre de lo que te está pasando; a veces tenemos miedo a lo desconocido y creo
que mientras más conocemos nuestra enfermedad, el miedo se desvanece y
aprendemos a aceptar lo que tenemos, de esta manera todo se vuelve un poco más
“familiar”; así que no dudes en leer sobre tu enfermedad o preguntarle más
sobre ella a tu médico, algunos de ellos disfrutan explicando a sus pacientes.
-Cuerpo-
Tratamientos alternativos
Muy
probablemente ya te topaste con muchos “tratamientos milagrosos” o “remedios
antiguos” que familiares y amigos recomiendan porque alguien se los contó. Yo
sólo accedí a un remedio: té de hoja de guanabana; y esto porque han tenido
resultados in vitro, pero nada muy determinante. Si te sientes agobiado por la
insistencia, puedes fingir que estás tomando los remedios o te puedes negar
abiertamente, a fin de cuentas es tu cuerpo y tu decisión. Algo que por nada
del mundo debes de hacer es dejar tu tratamiento médico; yo sé que será
difícil, pero no es imposible. No te rindas.
Algunos
tratamientos que me recomendaron fueron:
Veneno de
alacrán azul
Cactus de 5
puntas
Una bebida
“menonita” “mata tumores” (que era yodo con licor)
Té de hoja de
guanabana
Fruto de
guanábana
Licuados, extractos y jugos
Estos tres,
son los grandes aliados en cuanto a tu nutrición. Durante esta etapa, los
quimioterapéuticos, como es bien sabido, destruyen células de replicación
rápida, incluidas muchas células muy útiles de nuestro organismo, como las de
defensa o incluso glóbulos rojos. Esto debemos compensarlo nutriéndonos, y una
de las mejores maneras es con extractos de verduras, jugos de frutas y
licuados; también son muy útiles en situaciones en las que no sientas mucho apetito.
Dieta
COME COME Y COME. Yo sé que habrá días en los que no quieras pero debes
esforzarte. Algo que yo acostumbré mucho es que si vomitaba, seguía comiendo
hasta que lograra que todo se quedara en mi estómago. No te rindas, es difícil
pero no imposible. Los días que te sientas bien, date gustos; come algo rico,
compra nieve, una pizza. Sigues vivo, no te castigues.
Puedes optar
por comer a lo largo del día, pero en dosis pequeñas para que tu cuerpo acepte
de mejor manera el alimento.
Efectos adversos del tratamiento
Esta, sin
duda, es la parte a la que más le tememos todos; en cada persona es diferente
así como con cada tratamiento, algunos efectos pueden ser ligeros, otros muy
duros; los más comunes son: pérdida de apetito, náuseas, vómito, reflujo,
problemas gastrointestinales y dolor.
Para los
efectos más fuertes, tu médico te brindará medicamento, de eso no te preocupes.
Para algunos efectos ligeros, existen algunos tés, pero sus resultados son
polémicos. Yo llegué a utilizar uno llamado “flor essence” y “essiac”; sí
sentía una mejoría en cuanto a las náuseas, pero después me di cuenta que
cualquier cosa ligera que tomara caliente, me ayudaba; después tomaba té verde
y té negro. Tendrás días malos, pero también días muy buenos, créeme.
Otra cosa que
puedo darte como consejo es: toma mucha agua y cuando tengas mucha acidez en el
estómago, las galletas saladas son milagrosas.
Bueno, esto sería
todo por mi parte, sólo me queda desearles mucha suerte, si necesitan apoyo
pregunten en sus hospitales por sus grupos de apoyo local, busquen una iglesia,
un psicólogo; pero no se guarden las cosas, es muy importante que expresen lo
que sienten. Recuerden que nadie sabe cuánto tiempo nos queda, pero podemos
exprimir lo máximo de ese tiempo.
«Eso desean
los que viven en estos tiempos pero no nos toca a nosotros decidir qué tiempo
vivir, sólo podemos elegir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado»
(Gandalf, El señor de los anillos-JRR.Tolkien).
Mi padre fué diagnosticado con cáncer en el estómago y al principio se negaba a que cualquiera de nosotros, su familia, hiciera referencia al mismo. Posteriormente acudió a un psicoanalista y fué cuando se dió cuenta del valor terapéutico de la palabra. Actualmente la enfermedad parece estar bajo control, pero eso solo se ha podido lograr mediante un esfuerzo conjunto de equipo multidisciplinario de salud, familia y paciente. Muchos saludos Carlos!
ResponderBorrarQue bueno que su cáncer esta bajo control!, tener una mente tranquila ayuda mucho con una enfermedad como esta.
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