viernes, 30 de agosto de 2019

Literatura: Abono de tierra (Poema)

Por: Henry Castellanos 


                                           Alfredo Greñas, El escudo de la regeneración (1800)


Caen las rosas sobre la tierra y sobre la tierra misma nace el odio,
que se vulgariza como venganza generacional.
Mientras tanto entre tus apaleados cueros,
que cuelgan viejos y mustios,
se expanden las fístulas y las úlceras se hacen visibles al ciego,
y es el ciego intransigente que legitima la putrefacción.

Mientras las rosas siguen regándose sobre el suelo,
sobre el suelo mismo se abre una hendedura
y sobre la hendedura un concepto se perpetua.
Y la muerte sonríe y con su mueca de hoz ensancha la fisura,
que es espectáculo y que es indiferente para las rosas
que a su scapus aún corresponden.

Entonces un golpe impacta la tierra y estremece el día, la tarde y la noche
Pero la tierra solloza de dolor
Y el sufrimiento y el impacto pasaran para el día, la tarde y la noche de mañana.
El concepto seguirá latente, pero pasivo
cual noticia que es increíble,
pero para mañana algo más absurdo tomará su lugar.

La grieta que se hará más grande y hundirá el suelo,
se tragará la animadversión y los conceptos imperecederos.
Y de las rosas derramadas nacerá un invernadero
o sucumbirá la historia que muchos niegan.

Aquí ya no hay patria,
no hay consuelo ni dignidad que se sostenga
sobre la vil y desesperante magma indiferente
                                                                                       [Que nos cubre.]
Si me preguntan algún día por el sentido
de ser de este pueblo,
regurgitaré con el máximo desprecio.


domingo, 11 de agosto de 2019

Literatura: Dos minificciones

Por: Yadira Rojas León


"El beso" Gustav Klimt  (1908)


I. Un solo para solo

Ya me di cuenta que cuando amas, lo haces con todo el corazón… Ahí va mi mula se seis (puso la ficha el chico mientras leía un mensaje en la pantalla de su celular).

Ella miró de reojo y acomodó su ficha: Sí, trato de ser consciente de cuánto amo... disfrutarlo.

A mí sí me hubieras amado totalmente... replicó el muchacho; colocó la ficha sobre la mesa y sonrió.

Observó al joven frente a ella y respondió:  

Pero también, cuando no amo, disfruto jugar...  sonrió. 

Después susurró: Capicúa[1].


*****
 

II. Caricia

La mujer se acercó amorosamente al joven, le acarició la cara y le dijo: "m'ijo, si se va a quemar que sea por alguien por quien valga la pena. El infierno no se construyó por error".




[1] Jugada que consiste en hacer dominó con una ficha que puede colocarse en cualquiera de los dos extremos.