A veces siento
vagar por constelaciones,
nubes,
precipicios de algún recuerdo,
por los campos elíseos,
el sur de las hojas
o el oriente del viento.
Imagino que soy pájaro,
cometa o brisa.
Otros días me convierto en piedra,
lisa, dura, sin vida, auténtica sin embargo,
que de vez en cuando muestra signos vitales,
y me vuelvo árbol y emprendo de nuevo el viaje.
Unos días me da por ser luna,
astro perdido en tierra borrosa.
Un día soy ruido, noche, sombra
y los jueves me transformo en silencio,
un silencio anhelante de multiplicarse,
y al llegar el alba, con quietud, me hago grieta.
Pero sin duda,
la mayor parte del tiempo
soy signo de interrogación.
Y me digo que no,
que posiblemente sólo sea un punto.
Y me río, de ser tan poco
¿Qué es un punto en el vacío?
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