Anton Webern, Alban Berg y Arnold Shoenberg |
Zemlinsky - Richard Gerstl (1908) |
Posteriormente, Zemlinsky empezaría a componer obras importantes, como el Trío para clarinete, violoncello y piano Op. 3, la ópera Sarema, y su Segunda Sinfonía, donde denota clara influencia y aprecio por la música de Brahms, especialmente en el movimiento final.
En 1900, dos acontecimientos muy importantes suceden en su vida: primero, conoce a Alma Schindler, una estudiante de composición de la que se enamora perdidamente y que en ese momento corresponde plenamente a sus sentimientos. Sin embargo, la relación nunca cuajaría debido a las presiones que la joven vienesa sentía de parte de sus amigos y familiares, quienes le hacían ver que tenía mejores y mas convenientes partidos que el entonces humilde músico. Al mismo tiempo, Gustav Mahler, entonces director de la Ópera de Viena, se encargó de presentar la segunda ópera del compositor: Es War Einmal, después de haber hecho dos revisiones muy minuciosas de este trabajo. Sin embargo, más adelante el mismo Mahler mostraría recelo por el ballet Das Gläseme Herz, probablemente porque estaba basado en un trabajo de Hugo von Hofmannsthal, autor de los libretos de Richard Strauss, por lo que decidió no participar en la puesta en escena de la siguiente ópera Der Traumgörge, así como mantenerse apartado lo más posible de él.
Alma Schindler, según una fotografía de la época |
Zemlinsky y Schoenberg, según una fotografía de 1904 |
Ida Guttmann, primer esposa de Zemlinsky |
El 31 de enero de 1929 muere su esposa Ida y el 4 de enero del año siguiente, contrae nupcias por segunda ocasión con Luise Sachsel, 29 años más joven que él, siendo este segundo matrimonio mucho más feliz y equilibrado que el primero.
Para 1933 y dado el origen judío de su madre, los nazis clasificaron a Zemlinsky como “H” Halbjuden (medio judío) y su obra fue a engrosar la lista del Entartete Kunst
(o arte degenerado), viéndose obligado a emigrar a Viena, donde
manda construir una elegante mansión al arquitecto Walter Loos, en el
exclusivo barrio de Grinzing. En 1938, la pareja tuvo que salir a toda prisa de Praga para emigrar a los Estados Unidos, ante los inminentes estragos que el nazismo ocasionaría a fines de esa década, después de tener que cancelar varios compromisos pendientes, entre otros, la orquestación de la ópera Lulú de Schoenberg, quien también se vio en la necesidad de trasladarse al nuevo continente lo más pronto posible.
Zemlinsky, dirigiendo en la Ópera de Viena |
Zemlinsky, según una caricatura de 1910 |
Dentro de este panorama incierto, finalmente Alexander von Zemlinsky moriría en Larchmont, Nueva York, un 15 de marzo de 1942, aquejado de un infarto al miocardio. Pese a que en Estados Unidos su música pasó prácticamente desapercibida y se interpretó rara vez, aún así, este músico se manifestó como uno de los maestros más importantes dentro del ciclo de compositores en la Viena de principios del siglo XX.
Facsímil de la portada de su ópera Sarema |
Rabindranath Tagore, según una fotografía de 1861 |
Pese al olvido, podemos concluir que la influencia de Zemlinsky en la música de nuestro tiempo, se encuentra presente en toda su obra, más que su apariencia, el razonamiento y la capacidad intelectual de un músico, el cual siempre buscó expresar su talento y creatividad personal.
Que grandiosa reseña Uriel.
ResponderBorrarSin duda, Zemlinsky fue uno de los grandes.
Y que dato tan curioso ese sobre su romance con Alma.
Muchas gracias por compartir.
Que grandiosa reseña Uriel.
ResponderBorrarSin duda, Zemlinsky fue uno de los grandes.
Y que dato tan curioso ese sobre su romance con Alma.
Muchas gracias por compartir.
Qué placer leerte amigo Angelus! En efecto, Zemlinsky es uno de los grandes compositores que hacen uso de atrevidas escalas cromáticas como medio de expresión musical, lo que lo acercaría un tanto más al neorromanticismo al tiempo que lo aeja del serialismo. En su Sinfonía Lírica, es evidente la presencia del Das Lied von der Erde mahleriano y, porqué no decirlo, del Tristán.
ResponderBorrarAh, ésa Ópera de Viena, si hablara ¿qué de maravillas tendría para contarnos? Entre muchas otras, la cantidad de compositores y directores de orquesta que cayeron rendidos ante la personalidad y encanto de una Alma Schindler enamorada del arte, que no de algún mortal.
Extraordinario artículo, mi amigo, y creo que lo sabes.
Guau, de verdad que es un placer leer artículos sobre artistas poco conocidos o desconocidos, como para mí es este músico. A veces, tenemos la impresión que todo termina con Mahler, e incluso a veces lo creemos inaccesible. Pero lo que de verdad falta es que nos acerquen a la música de otros grandes de una manera sencilla y sin divismos, como es el caso de este colaborador del que he leído cosas de verdad excelentes. ¿Cómo olvidar esa entrada sobre la entrevista entre Mahler y Freud? Simplemente soberbia!
ResponderBorrarUn gran compositor, al que es necesario conocer para entender el desarrollo de la música.
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