AUTOR:
S. D. Perry (1970-actualidad)
PAÍS:
ESTADOS UNIDOS
PUBLICACIÓN:
1999
EDITORIAL:
Timun Mas
EDICIÓN:
2003
PÁGINAS:
320
ISBN: 9788448039530
Stephani Danelle
Perry, conocida como S. D. Perry, es una escritora que se caracteriza por
novelizar películas, juegos y series. Entre sus obras, se encuentran varios
libros de Star Trek, Alien, Alien vs Predator, Time Cop, Virus y, por supuesto,
la saga de Resident Evil.
Como celebración a
la noticia de CAPCOM sobre el remake de Resident Evil 2, juzgué conveniente
tratar de convertir a gamers que no
leen en lectores, mientras esperamos con paciencia la fecha oficial de estreno
del mismo.
Mientras que en los
videojuegos es difícil decidir cuál de todos es el mejor, en los libros es
indiscutible que La ciudad de los muertos no tiene par:
La hora cero se le
aproxima con timidez, aunque en mi opinión supera a La conspiración Umbrella
(aclarando que noveliza el juego original de 1996 en vez del remake del 2002;
así que no hay Lisa Trevor ni crimson
heads). La ensenada Calibán aburre a pesar de que propone varias ideas
novedosas que tal vez fueron aprovechadas en el juego Re4 (en serio, no lo
lean); también tengo la hipótesis de que Inframundo marcó pautas en la quinta
película protagonizada por Milla Jovovich. Némesis malogra y deja en ridículo a
su inspiración homónima al punto que se vuelve tedioso; al principio chistoso,
tanta aparición suya, en verdad diluye la sensación de ser acosado por un
monstruo casi invulnerable (cosa que no sucede en La ciudad de los muertos, por
contar con más personajes y antagonistas que intercalar, dando mayor dinamismo
a la historia). Por último, en Código Verónica todo iba bastante bien hasta la
muerte de Alfred Ashford, después de eso se desploma (ok, exageré, mas me
pareció mejor villano que su hermana gracias a su similitud con Norman Bates,
pero con un toque de nazismo).
Esto prueba mi
argumento de que la entrega de CAPCOM que nos presentó a León y a Claire, tiene la
mejor historia (será mejor que me ponga unas gafas de paracaidismo, necesito
proteger mis ojos de la tormenta de arena que acabo de desencadenar).
–Pero todos los Resident Evil tienen historias malas y supuran clichés –diría un fan de cualquier otro juego que no sea el segundo, mientras se aplica pomada en las rozaduras.
–Sí, pero eso no impidió que los jugaras –respondería victorioso.
–Pero todos los Resident Evil tienen historias malas y supuran clichés –diría un fan de cualquier otro juego que no sea el segundo, mientras se aplica pomada en las rozaduras.
–Sí, pero eso no impidió que los jugaras –respondería victorioso.
Estos libros tienen
algunas diferencias con los juegos, incluyendo personajes nuevos; como Trent, que tiene un rol discreto pero muy importante en las tramas. Empero que pueden
servir como guías porque dicen desde dónde encontrar algunos objetos hasta cómo
resolver acertijos, aunque tampoco lo digo por eso, sino porque la escritora se
apegó demasiado en nimiedades que pudieron prescindirse en las novelas. La calidad narrativa es cuestionable, pero
entretiene si se pueden ignorar cosas como: Puuummmmmmm,
Baang, takakakakaka, craaashh, entre otros efectos de sonidos que un buen
escritor no pondría, menos en exceso. Como dije al inicio, estos libros son
para incentivar la lectura a jóvenes con nulo interés por leer, aunque me
consta que entre los fanáticos del survival
horror hay muchos lectores. Alguien con hábitos fijos de lectura quizá no podría tolerar dichas
deficiencias al contar con bases sólidas para juzgarla. Mejor
aún. Si alguien gusta de monstruos, Lovecraft y sus amigos siguen siendo lo más
indicado para recomendarle a ese lector potencial (aunque la serie de
Reanimator -1922- es lo peor que Lovecraft haya escrito, al grado que daría una
impresión equivocada de su gran calidad como escritor. Tiene el mérito de aportar
su prototipo de zombis a la literatura y el cine).
Regresemos a La
ciudad de los muertos.
Publicado en 1999,
el tercer volumen de los libros honra a la exitosa secuela de la franquicia que
popularizó al survival horror. La
ciudad de los muertos ronda a sus protagonistas en un frenesí de destrucción causado
por un accidente en los laboratorios subterráneos de Umbrella que están debajo
de la estación de policía de la Racoon City. Huestes de zombis y criaturas
mutantes han arrasado con casi toda la población, mientras que los
sobrevivientes deben descubrir los secretos de la empresa farmacéutica e
intentar escapar con vida.
Claire
Redfield: Hermana de Chris, el protagonista de la entrega
anterior. Perdió contacto con su hermano después del incidente en la mansión de
Spencer, así que acude a Racoon City para encontrarlo.
Leon
Scott Kennedy: Un policía en cuyo primer día de trabajo
le toca presenciar la invasión de los muertos a la ciudad. Conoce a Claire
después de salvarle la vida, pero de inmediato quedan separados.
Ada
Wong: Una hermosa mujer asiática en busca de su novio
John, empleado de la corporación Umbrella. Sin embargo, es una excelente
tiradora y parece desenvolverse mejor que Leon en situaciones peligrosas.
Sherry
Birkin: Hija de Annette y William Birkin, ambos científicos
que hacen investigaciones clandestinas para Umbrella. Una chica de 12 años que
se las ha ingeniado para sobrevivir por sí misma hasta que conoce a Claire. Por
algún motivo, dos terribles monstruos la están buscando.
DOBLE
ALERTA DE SPOILER: La autora mediocre revela demasiado
pronto el secreto de Ada, y otras cuestiones que el juego nos suelta a cuenta
gotas, desde su primera y prematura aparición, en un capítulo tan innecesario que
tira al excusado gran parte del suspenso del juego (error también visto en La conspiración Umbrella, con Wesker y Barry; y en Némesis, con Nicolai). Recomiendo primero probar
el videojuego antes de leer el libro o brincar el sexto capítulo… en caso de que
alguien realmente quiera probar a S. D. Perry.
*
Igual me sacaré la espina de haber vuelto a leer esto en la siguiente entrada de este blog con Soy leyenda, de Richard Matheson; que, aunque técnicamente es una historia de vampiros, aporta varios elementos que son clisés en película o libro de muertos vivientes promedio, como por ejemplo, las bacterias o virus que los resucitan (no descarto que Soy leyenda fuera influida por La peste escarlata -1912-, de Jack London, y la susodicha Reanimator). George Romero, quien modernizó el cine zombi para abandonar los filmes sobre vudú y demás ritos, cuya cinta más célebre es Night of the living dead (1968), afirmó haberse inspirado en dicho libro [1].
Hablando de George Romero, él fue contratado por CAPCOM con el fin de hacer un comercial en el que se anuncia el lanzamiento de la primera secuela de esta popular franquicia. Pueden encontrarlo en youtube. Además, él escribió un guión para la primera película, pero fue rechazado por el estudio para dar cabida a las ideas de Paul W.S. Anderson [2].
Es una lástima que revelan demasiado pronto los secretos.
ResponderBorrarLas onomatopeyas no mmolestarían, pero no se pueden tomar enserio.
Mi problema con las onomatopeyas es que las veo como un recurso de los escritores perezosos. Claro que hay excepciones, pero el buen narrador busca describir las causas y las consecuencias que pudiera ocasionar un sonido, como el ruido de cristales rompiéndose, envolviendo al lector en algo tan simple como eso.
BorrarPero admito la subjetividad en juzgar así un recurso válido en la literatura.
De pronto me acordé de esa vieja serie de Batman y que a veces repiten en las televisoras... por aquello del "baaaam", "zazzzz" y etcétera. Muy divertida y padre tu reseña!
ResponderBorrarMuchas gracias por leerla. Me alegro que te guste.
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