Por: Daphy
Aproximarse a la figura de la pintora Remedios Varo (1908-1963) es tarea ardua y de difícil enfoque. Esta dificultad viene dada por la escasa bibliografía editada sobre la artista, así como por el escaso eco que, estando aún con vida, su obra suscitó en México, su país adoptivo.
Remedios Varo (1908-1963) |
Aproximarse a la figura de la pintora Remedios Varo (1908-1963) es tarea ardua y de difícil enfoque. Esta dificultad viene dada por la escasa bibliografía editada sobre la artista, así como por el escaso eco que, estando aún con vida, su obra suscitó en México, su país adoptivo.
Dolor reumático (1948) |
Hija de un ingeniero hidráulico, con quien durante su infancia viajó por múltiples lugares, Remedios Varo heredó de su padre la pasión por la construcción minuciosa de los mecanismos complicados y el amor por la literatura.
Sumergida en los mundos de Julio Verne, Salgarí, Edgar Allan Poe, Aldous Huxley y Antoine de Saint-Exupéry, comenzó a imaginar escenarios mágicos y ensoñadores que cristalizaría años después en algunas de las composiciones más singulares y sugerentes de la plástica contemporánea.
Sumergida en los mundos de Julio Verne, Salgarí, Edgar Allan Poe, Aldous Huxley y Antoine de Saint-Exupéry, comenzó a imaginar escenarios mágicos y ensoñadores que cristalizaría años después en algunas de las composiciones más singulares y sugerentes de la plástica contemporánea.
Desde muy joven, Remedios Varo dio muestras de poseer un talento excepcional para el dibujo, talento que el padre decidió estimular, primero haciéndola partícipe de sus habilidades como dibujante técnico, para más tarde brindarle a la joven, contra las convenciones de la época, la posibilidad de tener acceso a una sólida formación académica en las escuelas de arte de Madrid.
Elixir (1957) |
Varo se acercó al surrealismo en Barcelona y París, y se valió toda su vida de técnicas comunes al grupo, pero fue en México donde se independizó de esta corriente artística y creó la mayor parte de su obra madura. Su pintura era manifiestamente literaria y hasta cierto punto mágica, pues entretejía historias en torno a heroínas o seres andróginos procedentes de otros mundos y otros tiempos, como si la pintora se hubiera propuesto captar la fantasmagoría de cuentos de hadas de su propia invención.
Esas telas iban a ser un paraíso para exegetas, ya que al lado de científicos, brujas, vampiros y magos resplandecían símbolos herméticos perennes, que invitaban al espectador a recomponer las piezas de una antigua gnosis de tintes evidentemente femeninos.
Jardín de amor (1951) |
El discurso que se ha hilado en torno a la pintora roza a veces con los términos “misticismo” o “transcendencia”, sobre todo al hablar de las doctrinas alquímicas o de los postulados teosóficos, ya que los adeptos de unas y otros perseguían una meta sobrehumana y que no era otra que la perfección del ser.
Fenómeno de ingravidéz (1963) |
No obstante que nació en el seno de una familia franquista a ultranza, la huella del catolicismo que practicó en su infancia es casi inexistente salvo quizá como evocación de un pasado del que se huía. La atmósfera de su pintura no es religiosa, sino “pagana”, y además ha asimilado una especie de cosmovisión einsteiniana en donde un instante se ha detenido dando lugar a una eternidad. Se podría hablar incluso de una especie de mito en estado naciente y una disposición hacia el cosmos que pretende captar la unidad de todo lo visible e invisible.
Ruptura (1955) |
Explorando las fuentes del rio Orinico (1959) |
Alegoría del invierno (1948) |
María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga (su nombre de pila) moría en la Ciudad de México un 8 de octubre de 1963 víctima de un infarto al miocardio. En su estudio se encontró lo que sería su última gran obra, Naturaleza muerta resucitando, y el boceto del que sería su siguiente cuadro, Música del bosque. Sus lienzos, muchos de los cuales están conservados en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, han sido expuestos en numerosas ocasiones como exposiciones temporales y fueron declarados Patrimonio Artístico de la Nación Mexicana el 26 de diciembre de 2001.
Como bien señala Gonzalo Celorio: “Remedios Varo es Remedios La Bella, el personaje de Gabriel García Márquez que vuela en Cien Años de Soledad: La pintura de la artista mexicana de origen español es fundamental para el realismo mágico en América Latina".
Bibliografía:
- Varo, Beatriz (1990). Remedios Varo: en el centro del microcosmos. Madrid: Fondo de Cultura Económica.
- Varo, Remedios (2010). A veces escribo como si trazara un boceto. Los escritos de Remedios Varo. Edición de Edith Mendoza Bolio. Ed. Iberoamericana.
Sitio oficial de Remedios Varo: http://remedios-varo.com/
Que entrada tan estupenda.
ResponderBorrarEstupenda de principio a fin...
Es cierto que no hay mucha información sobre ella, pero que artículo mas deleitoso.
Muchas gracias por compartirnoslo y felicidades a quién lo escribió.
Simplemente genial.
Que entrada tan estupenda.
ResponderBorrarEstupenda de principio a fin...
Es cierto que no hay mucha información sobre ella, pero que artículo mas deleitoso.
Muchas gracias por compartirnoslo y felicidades a quién lo escribió.
Simplemente genial.
Muy buen aporte y narración de tu parte al darnos a conocer a ésta pintora de tipo surrealista que me fascino ahora que he empezado a ver pinturas de éste estilo. Felicidades Daphy sigue así, enséñanos ése mundo del que muchos no conocemos del todo; y claro, autores no muy famosos ( que deberían) como Remedios.
ResponderBorrarQue buen artículo sobre esta maravillosa pintora!
ResponderBorrarComento que hace algunos años visité la Sala Margolín, cuyo dueño era Walter Gruen, y que había sido esposo de Varo. Admiré con asombro tres o cuatro lienzos que tenían en exposición y bueno, los conceptos, colores y texturas eran un verdadero espectáculo para los sentidos.
Preciosa entrada... sigan así!
La gran Remedios y su arte místico. Gran artículo!
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