Por: Osvaldo Miranda
Sin duda, un excelente libro: Comedia infantil, de Henning Mankell (1948-2015).
Ya he comentado en algún otro lugar que, si bien la faceta policíaca de
Mankell, con sus historias del detective Kurt Wallander, me resulta muy
interesante, es su faceta "humana" (por falta de un mejor adjetivo) la
que de verdad me conmueve en lo más hondo. Libros como Daisy Sisters (1982),
Zapatos italianos (2006) o Comedia infantil (1995) nos muestran a ese Mankell
preocupado por la condición humana, por
la pobreza, la miseria, el hambre, el genocidio. Comedia infantil es el
libro más crudo que de él he leído, no solamente por el tema que trata,
de por sí muy duro, sino por la manera en que hábilmente nos dibuja
personajes y escenas emotivas.
Nelio es un niño de la calle. Un niño que va a morir. En el tejado de
un teatro-panadería, rescatado por José, yace moribundo, herido de bala.
¿Quién es este niño? ¿Cuál es su historia? ¿Por qué la ciudad entera se
inquieta ante su desaparición? ¿Quién ha osado dispararle y por qué?
¿Es un niño profeta, con poderes sobrenaturales?
A través de
José, Nelio nos contará su historia, cómo llegó a convertirse en niño de
la calle, en esa ciudad adyacente al mar. Mankell relata de manera
simple y dura la vida que llevan los desposeídos, los mendigos y los
locos en las ciudades africanas. Cómo se la ingenian los niños para
sobrevivir cada día, pues cada que sale el sol representa otra jornada
llena de peligros y experiencias cercanas a la muerte. El genocidio, la
guerra, la inocencia infantil, la perversidad del adulto, la violencia
intrafamiliar, el éxodo de familias desmembradas por la guerrilla, la
violencia sexual; son algunos de los temas que de manera magistral
aborda nuestro autor sueco en este pequeño libro, de no más de 270
páginas.
Mankell se vuela la barda con esta obra. Hay pasajes
muy crudos, otros muy enternecedores y en todos ellos nos carcome la
curiosidad. Queremos que Nelio continúe con su relato, relato que se
extiende nueve jornadas, pues ansiamos conocer el final de la historia.
Pero al mismo tiempo no lo queremos y lo rehuímos, pues tenemos la vaga
certeza de que, cuando llegue el final, no solamente llegará el fin de
la narración, también será el fin de Nelio, será nuestro fin y acaso
será el fin de la humanidad misma. ¿Cómo puede el terror tener una cara
tan humana? Es precisamente eso lo que lo vuelve inhumano...
En este libro encontramos al Mankell comprometido con la humanidad;
detectamos al escritor que, en vida, pasaba la mitad del año en África,
entablando amistad con las personas del lugar y sobre todo con niños de
la calle. En las novelas de Mankell las referencias al continente negro
abundan, pero es en Comedia infantil donde adquieren otra dimensión. No
solamente por lo obvio; incluso la manera de narrar se aleja un poco de
esa visión europea para incursionar en la narrativa africana.
Lo recomiendo ampliamente y sin reservas.
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