domingo, 24 de enero de 2016

Literatura: El Corazón de las Tinieblas (reseña)



▪ Heart of darkness
▪ Joseph Conrad
▪ 1889
▪ Novela Corta/Cuento Extenso
▪ Universidad Veracruzana/CONACULTA
▪ Sergio Pitol (Traductor)



Por: Jonatan Gamboa Esteva



" ¡Ah, el horror! ¡el horror! "



¿Qué es lo que el hombre puede llegar a temer más en el mundo? Quizás, en el fondo, todas las respuestas se dirijan hacia un mismo punto: lo desconocido. 

La oscuridad, la maldad, la naturaleza y la soledad son situaciones que pueden descomponernos en un instante. La asunción del racionalismo pierde sus fundamentos para los seres humanos en cuanto dudan de lo que conocen y no tienen algo que los sostenga. El misterio se hace presente y caemos bajo las fuerzas internas que nos gobiernan. 

Si se mira de manera simple esta novela de Conrad uno podría poner en tela de juicio el carácter de sus personajes. Navegantes que se adentran cada vez más a las tierras desconocidas de áfrica, en la que habitan un número incalculable de humanos con otro color de piel, otras prácticas y a los que hay que mantener a raya para evitar algún acto subversivo.

Uno de los narradores y principal personaje, Marlow, nos relata la experiencia que le cambió su forma de comprender el alma humana: conocer a Kurtz, jefe de una explotación de marfil tan grande que se ha convertido en un ser misterioso hasta para quienes lo conocieron antes de perderse en los confines no habitados por hombres blancos. 

El relato de Marlow cobra un carácter particular porque narra a su actual tripulación todas las adversidades encontradas desde su salida del Reino Unido hasta el momento cumbre del trayecto, dejándonos mirar de manera casi velada algunas de las características propias del colonialismo imperante sobre los pueblos africanos. Sin embargo lo que para él es importante no es mostrar las atrocidades que se cometieron (y se siguen cometiendo) en nombre del progreso y la ciencia.

Para ser un marinero, diría uno, Marlow tiene una visión profunda de los hombres, los cuales son capaces de emprender tareas de las que desconocen su fin y método. Pues no solo se detiene a reflexionar los aspectos bajo los cuales trabajaba, sino que también da cuenta de las nuevas concepciones de lo humano que lo asaltan conforme se va adentrando cada vez más al corazón de las tinieblas.

Marlow ha escuchado hablar de Kurtz, y conforme avanza hacia su anhelado encuentro, su imagen y la idea en sí misma de aquel hombre se van convirtiendo en un misterio y a la vez en una atracción indefinida. ¿Qué tiene este hombre, embarcado con la firme intención de crear su gran obra, que atrapa a todo aquel que se cruza en su camino? ¿Serán las grandes cargas de marfil que envía sin mencionar las formas en que lo obtiene? ¿Quizás su repentino cambio conforme pasa el tiempo entre el mar y las plantas, las cuales parecen haber absorbido cualquier intento de civilización? ¿O su asombrosa habilidad para seguir con vida en un punto del mapa en el que muchos ni siquiera han puesto un pie, y los pocos que lo lograron ya han muerto?

Conrad, al igual que Marlow, fue un marino que incluso llegó a obtener el título de capitán, cargo que logró desempeñar en distintas ocasiones. Esto es lo que le confiere a su personaje principal la sensibilidad requerida para no solo describir sus aventuras y paisajes, sino darle palabra a la experiencia misma de abandono a la que se somete al ir al encuentro de las profundidades de la selva y quedar expuesto a un mundo del cual conocemos lo mismo que sabemos sobre el espacio.

Conforme avanzamos en esta pequeña novela la trama se va tornando más y más oscura, nos sumergimos para reconocer a esa voz, una voz tan potente que se convierte en la esencia misma de Kurtz. Sin embargo hay algo que Conrad no nos dice, ni se la hace decir a Marlow. El mundo para nosotros sigue siendo igual con nuestras obligaciones y prioridades, pero para ellos todo se ha vuelto tan absurdo que nuestra cotidianeidad ahora resulta agría y aburrida a sus ojos. Nosotros no podemos apreciar lo mismo que ellos, ni su falta de creencia en el espíritu humano ni el terror por el desarrollo de la sociedad, y esto tal vez se deba a que ambos, el autor y el personaje, siguen en secreto siendo fieles a Kurtz hasta el final.

1 comentario:

  1. He escuchado mucho de este libro. Habrá que leerlo. Gracias por tan buena reseña.

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