domingo, 30 de abril de 2017

Poesía: Los frutos

Por: Karim Yaver

"Deterioration of mind over matter", by Otto Rapp (1978)

Brotan entre sórdidos berridos y entre míseras endechas
brotan en suspiros y en ausencia y en silencio
las palabras-larvas en poroso cultivo bajo la piel de los niños descalzos
apilados unos sobre otros bultos de pies ennegrecidos y bosques explotados
Gólgotas en las uñas horadadas de sus cadáveres enanos
cuerpos agotados en pie de inercia.
Crecen y perviven gusanos a la orilla de una mar corroída
el asfalto corroído y las conciencias corroídas
la esperanza mitigada por el óxido de una realidad que petrifica
que asfixia la Historia del Hombre incapaz de gritar su cordura
de escupirla hacia su propio rostro desgarbado ―los ijares roñosos de nuestros Padres―
otro bulto descalzo
y desnudo
entre tantos otros bultos ―desnudos, humanos y descalzos― apilado
entre tantos otros aullidos
en las calles
disgregados
y entre desechos de hospital, de hospicio, de Iglesia, de sucio apartamento de tercer o cuarto o quinto piso
entre mendrugos de cuerpo
el Hombre del presente sin ayeres incubado.
Persisten y se elevan sobre tóxicos remansos de orina y de esperma
contemplados
vigilados
atenidos a la mirada escrutadora a la mirada ensalivada
de la avispa y el mosquito
de los cerdos y los perros y los bichos que se arrastran con la fría temeridad de las batas inmaculadas
sobre las piernas
de las corbatas
los zapatos bien lustrados
la champaña, el deportivo, el tinte rubio.

El tronco de acero atraviesa el goce estéril que ya no avasalla
tiene fija la atención en el cemento excrementado
FIJO EL OJO DE DIOS
en la arena negra cada noche aprisionada
la gruta viscosa, la última mirada, la famélica Gorgona.

Agonizan las palabras-aullidos en las calles-ruinas agrietadas de arena y de caliza
bajo los viejos ojos de las gárgolas heridas
de las gárgolas apuñaladas en lo blando del orgullo.
Mueren de tiempo apestadas cucarachas de petróleo
mueren de eternidad escarabajos de hierro
porque los nombres que nos restan son sólo cinco y la lengua viperina los ha recortado sobre ilusorios tablones de unos y ceros
palabras que sucias prohibimos a los niños
palabras que mutilan los labios
de los locos, los enfermos
de los santos
―nuestros labios, niños
también nuestros labios.

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