Por: Henry Pantoja Castellanos
Veo luciérnagas por todo el lugar.
Una puerta que se abre para dejar pasar la oscuridad.
¿Qué ser humano ha tenido el placer de ver que la oscuridad invade a más oscuridad?
Sueño 1937 Salvador Dalí |
Veo luciérnagas por todo el lugar.
Una puerta que se abre para dejar pasar la oscuridad.
¿Qué ser humano ha tenido el placer de ver que la oscuridad invade a más oscuridad?
Apenas alcanzo a recordar que fue un término que tomé para referirme a los recuerdos,
pero no
recuerdo el porqué justamente llamarlos como aquella lucecita voladora.
La oscuridad quiere opacar mis pensamientos, apenas recuerdo la luz.
Apenas recuerdo la apariencia de mi cuerpo,
llevo días sin saber cómo es;
sólo sé que allí está y no falta ningún pedazo de él.
sólo sé que allí está y no falta ningún pedazo de él.
Escucho risas, escucho una en particular.
Por la oscuridad es como si los sonidos me miraran.
Abro mis ojos y estoy amarrado a un madero sobre la pared.
Algo gotea por entre mis piernas. Me cuesta bajar la cabeza, algo la sostiene desde mi mentón. Y cuando al fin logro dirigir mis ojos lo suficientemente abajo, observo que hay una enorme abertura que va desde mi tórax, hasta mi pelvis. Noto que faltan algunos órganos y que algo parecido a unos intestinos cuelga. Pero yo sigo vivo, ¿por qué? Vuelvo a
despertar y mi cabeza está abierta, parece un disparo de escopeta. Vuelvo a
despertar (ya estoy cansado de soñar), intento pronunciar alguna palabra (no
puedo recordar cuál, quizá sólo era un sonido), pero de inmediato despierto.
Veo luciérnagas, esta vez es una mujer que me dice algo pero no produce sonido alguno.
Estoy
cansado de estas pesadillas, así que decido suicidarme. Tomo un cuchillo (no
tengo idea de donde salió, esto es como una caricatura), y suavemente rebano mi
garganta.
Despierto, y
pienso… el mundo real es mucho más cruel que esto.
Barranquilla, Colombia, 2016
Barranquilla, Colombia, 2016
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