Por: Ricardo Núñez
LIMBO |
Siento miedo, siento tristeza y alegría. Me conmueve la sorpresa, la belleza y la agonía. A la par, soy un tipo que disfruta más las emociones cuando son producto de alguna inteligencia: novelas de terror bien planteadas; jaque mate en mi contra; resolver algún problema lógico sin ayuda de nadie...
Esta es la clase de cosas que uno espera encontrarse en dramas 'aclamados por la crítica', en documentales que exponen temas trascendentales o en tesis e investigaciones que develen a los enterados nuevas ideas o resultados. Usualmente dejamos fuera de este campo al mundo de los videojuegos siendo que su industria está fomentando la creación de historias más profundas, y de explotar las ventajas con que cuenta una interfaz en la que el jugador "controla" al personaje, pero solemos pasar por alto que en realidad el juego controla al jugador.
No me identifico como un gamer. Tal vez el último videojuego que usé sería algún FIFA, con amigos y cervezas... bueno, el último antes de LIMBO. Si ya se está preguntando a dónde voy con todo esto, permítame presentarle una de las mejores experiencias que he tenido frente a una pantalla.
Cuando supe de la existencia del juego llamado LIMBO, éste ya había sido laureado en un importante festival especializado, así que esperaba algo más que aceptable. Luego de enterarme que mi computadora cumplía con los requisitos mínimos me hice con él; de fácil instalación no fue un problema para mi impaciente niño interior. Ejecutarlo no exige demasiado a las computadoras actuales.
Es un juego 'sencillo', intuitivo, muy entretenido, además de hermoso, y quiero hacer énfasis en que es hermoso. Sus gráficos son tétricos y dispuestos en primero, segundo y tercer plano; la escala cromática se 'limita' a la escala de grises, así que no requerirás de tus conos oculares para disfrutarlo en todo su esplendor. Controlas a un niño tierno, del cuál sólo se puede reconocer la silueta y dos puntos blancos a modo de ojos. El juego es minimalista no sólo en sus adornos y la presentación del personaje principal, sino también en los controles: las flechas de dirección y el botón "ctrl" bastan para resolverlo por completo.
LIMBO es un juego denominado puzzle-plataformer, que sería algo así: Un juego en el que se recorre un camino conformado por plataformas, donde habrá que saltar obstáculos o acantilados, subir y bajar escaleras, enfrentarse a enemigos y recoger objetos que servirán para completar el juego que no sólo requiere habilidad de los dedos o la sincronía vista-mano, también exige ingenio y 'visualización mental' del jugador, planteándole acertijos que requieren de reflexión y razonamiento deductivo para hallar la solución del problema y llegar al final de la aventura. En este caso es un final conmovedor, triste y sorpresivo.
'La Araña', enemigo feroz e implacable... |
La 'narrativa' del juego se descubre jugándolo, no hay más, dado que en ningún momento arroja una pantalla o cuadro de texto; es en los puzzles, la decoración y las animaciones automáticas donde encontrarás la trama de esta fascinante historia. Y hasta aquí detengo mi escritura sobre su 'relato', pues mi intención es invitar al lector, a experimentar en propia piel esta maravillosa travesía, lanzada a mediados del año 2010... creo que he llegado algo tarde para la reseña. Lo sé, puede parecer tema pasado, pero en realidad me ha entrado la motivación de escribirla porque el 29 de junio del año en curso, la casa desarrolladora de LIMBO, Playdead, lanzó un nuevo juego llamado Inside, con el cual vuelve a apostar por el modo puzzle-plataformer.
Inside promete, y promete mucho.
Reflexiono sobre si estas palabras son 'demasiado para un videojuego', pero es la opinión sincera de este neófito sobre videojuegos de esta clase. Así también me aventuro a declarar que quienes jugamos aquel mítico primer juego de Playdead probablemente quedaremos decepcionados por su nuevo Inside, pero no sería cuestión de la baja calidad o poco empeño que se le haya invertido, sino por la nostalgia que nos ha dejado LIMBO, pues es una de esas experiencias que no se pueden repetir: Me hizo sentir miedo, tristeza y alegría; me conmovió: soy humano.
Contempla cada rincón... |
Resuelve el enigma... |
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