lunes, 4 de diciembre de 2017

Literatura: El Atrapasueños (cuento)

Por: Félix E. Jiménez Pérez




(Basado en las leyendas de los nativos americanos del norte del continente, hice la siguiente narración buscando darle vida y color utilizando un estilo cuenta-cuentos como lo llamamos en español y tratando en todo momento de dejar atrás esa frialdad que encontramos detrás cuando buscamos el significado de lo que es un atrapasueños en la red. Espero entonces sea de su agrado).

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"Eran aquellas edades de cuando el hombre aún entendía el lenguaje de los animales y podía hablar con ellos. En una mítica mañana más allá del tiempo, Ishtáwi (Ojos de Luna) se despertó sobresaltada por un sueño que la había espantado. Angustiada y con el rostro perlado por el sudor fue a buscar consejos sobre los sueños, con los animales. Todos coincidieron en que debía visitar a Iktómi, la araña, que era muy sabia, y conocía cómo tratarlos.

Tras cruzar un frondoso bosque, Ishtáwi llegó al árbol donde Iktómi tenía su extraña morada. Al cabo de unos minutos la recibió preguntando qué era lo que le sucedía. Ishtáwi contestó que había tenido un terrible sueño, en donde innumerables demonios llegaban al pueblo, los habitantes los torturaban de la manera más salvaje que ella recordara y, al final, terminaban asesinándolos.

Has tenido una pesadilla contestó Iktómi—. Las pesadillas llegan cuando en tu ser no hay paz y, en cambio, reina en tu interior el caos. Pero no te preocupes, te haré un amuleto para que esos angustiantes sueños no regresen más. Te lo entregaré en tres días, pero por ahora trata de tranquilizar tu alma y de no dormir con preocupaciones durante este tiempo.

Ojos de Luna, llena de optimismo y confianza, regresó al campamento con su clan. Por su parte, Iktómi dejó su morada para empezar a confeccionar aquel prodigioso talismán que había ofrecido. Recogió ramas verdes de los árboles y con ellas formó un círculo representando el ciclo de la vida. Después, comenzó a hacer un tejido con su propia seda dentro del mismo. Tras finalizarlo, visitó  a Wanbli (el águila), a Khangí (el cuervo) y a Chetán (el halcón) para que le regalaran una de sus plumas, las cuales simbolizarían el viento que purifica el alma. Para colgarlas alrededor del círculo le hacían falta sogas, por lo que tuvo que acudir con los cazadores del clan de Ishtáwi solicitando cuerdas hechas con las vísceras de Thathanka, el búfalo, y que aquellos Lakotas utilizaban para confeccionar sus arcos. Finalmente, el guayaca quedó terminado al tercer día, tal y como lo había ofrecido. 

Terminado el tiempo de espera, Ojos de Luna atravesó de nuevo el espeso bosque para llegar a la lúgrube guarida de la araña. Iktómi, que gustosa la esperaba con el ansiado objeto, señaló:
Está lista tu guayaca.
Muéstramelo por favor contestó suplicante Ishtáwi.
La araña sacó la pieza de su envoltura hecha también de seda y le dijo:
Este es un iktómi changleshka (o atrapasueños). Los malos sueños se irán volando por los orificios que tiene mi tejido, mientras que los buenos se quedarán pegados a mi hilo y se guardaran por siempre. Cuélgalo sobre tu lecho, encima de donde posas tu cabeza, y las pesadillas nunca más te acecharán. Para asegurar que funcione como es debido, cuando vayas a descansar, tendrás que dejar los problemas y las dudas fuera de tu teepee, pues nuestro pensamiento muta lo que El Gran Misterio nos brinda cuando estamos alterados.

Y así fue como Ishtáwi al llegar a su teepee puso el iktómi changleshka sobre su cabeza. Sin embargo, lo que Iktómi omitió es que el talismán no evitaría a Ojos de Luna el tener pesadillas por completo, sino que lo que realmente haría era concederle la esperanza de que sus malos sueños iban a quedar transformados en otros buenos, los que se repetirían una y otra vez sin cesar".
 


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