viernes, 18 de mayo de 2018

Literatura: El secuestro (cuento)

Por: Servando Clemens


El presidente Peña Nieto se había reunido con Batman en la residencia oficial de los Pinos, el objetivo principal era acabar con el crimen organizado. El mandatario le ofreció 10 millones de dólares por adelantado al superhéroe para abatir a los malandrines más peligrosos de la nación.
 
—El dinero no es mi interés, señor Peña, usted debería entregárselo a la gente más necesitada —dijo Batman.
<<Excelente... Este tipo es un imbécil>>, pensó Peña. 

Los dos hombres se contemplaron con desconfianza.
 
—Muy bien, señor Batman, lo que usted diga se hará —mintió Peña.
—Pero cerraremos el trato a solas —pidió Batman—. Solamente deje pasar a mi asistente. 

El presidente les ordenó a sus ayudantes que salieran del recinto, acto seguido, entró a la sala Alfred con maletín en mano.
 
—Mi asistente investigó a los principales criminales —dijo Batman—. Así que hoy mismo iré tras ellos y los aniquilaré.
—Un momento —interrumpió el presidente—, usted solamente acabará con los delincuentes que yo le diga, no quiero que me haga un cagadero en el país. 

Batman sonrió con sarcasmo y dijo: 
—Ya me lo esperaba... Es usted un pendejo... Quiere proteger a sus aliados. 

El pendej... Perdón, el presidente intentó llamar a sus guaruras, pero Batman pateó la entrepierna del mandatario ¡PLAMM!, Peña cayó al piso, en seguida Alfred sacó una cerbatana de su maletín y lanzó un dardo con sedantes al cuello del mandatario.
 
—No era necesaria la patada, señor Wayne —murmuró Alfred.
—Es que pensé que el tipo no tenía bolas —dijo Bruce.
—Tenemos que apurarnos... Ya vienen por nosotros —se escucharon los gritos de Robín por el Bati-radio.
 
El chico maravilla (sin albur) ya los esperaba afuera, montado en la nave.
Alfred amarró al presidente, se lo echó al hombro y antes de que entraran los guardaespaldas, Batman y su mayordomo rompieron la ventana, brincaron a la Bati-nave y surcaron los aires. .
 
Una vez lejos, Robín preguntó:
—¿Qué haremos con éste hombre, Batman?
—Lo mantendremos encerrado en el Bati-calabozo… después veremos. <<Aunque me gustaría arrojarlo al mar>>, pensó Batman. 
—¿Qué estará diciendo la ciudadanía en estos momentos? —preguntó Robín—. Seguramente se sienten preocupados por su líder. 
<<Te mereces otra bofetada, Robín>>, se dijo Batman. 
—Eres un tontuelo, joven maravilla —sonrió Batman—, creo que nadie se va a preocupar por este bufón, además, yo creo que le gente está más preocupada por la final del fútbol, o por el siguiente capítulo de su telenovela. 

En esos momentos, despertó el prisionero con sobresalto y gritó: 
—Encárguense de su pinche presidente, o del Guasón y déjense de mamadas. 
—El payaso de Trump lo está esperando en una celda, señor Peña —dijo Alfred—. Usted y Donald dormirán juntos esta noche. 
—Nos metimos en un lio gordo —dijo Robín. 
<<¿En qué momento decidí perseguir a los verdaderos villanos?>>, se preguntó Batman. 



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