Acuérdate de aquella habitación oscura y amarillenta que
reflejaba la enfermedad, donde las gasas rotas ya no podían cargar con las llagas
purulentas y olvidadas.
Y de pronto, como si aquella cama fuera una mesa de
carnicería, cuando el rayo de luz que entraba por la ventana era el mismo que
se reflejaba en los ojos de los cuervos, en aquella densa niebla de
medicamentos y polvos de látex, una mosca. Una mosca nacida de las carnes donde
el delgadísimo bisturí había cortado con cuidado, como temiendo arruinar el ya
desfigurado rostro del hombre.
Pero sólo una mosca era necesaria para presagiar la muerte.
No los dolores, ni las heridas, ni la pus infectada o la sangre derramada. Sólo
eso. Un presagio rematado por la enfermera que ingresó a la habitación, olvidada del
pragmatismo médico, tornando a la creencia que todos siempre habían sabido: las
moscas traen la muerte.
Se ordenó entonces que todos los aparatos fueran desconectados,
que el suero fuese sustituido por agua, que no se prestara atención a los quejidos,
y todavía hasta las dos de la mañana se le ignoró, dejándolo a su suerte.
Años después, la enfermera. Postrada en la misma cama, en el
mismo cuarto vacío de aquel hospital, escuchando a lo lejos la voz y el quejido
del hombre, de aquel hombre, confundido con el zumbido de un vuelo inexacto,
para luego volver a despertar en aquella como mesa de carnicería, sin nadie a
quien recurrir, con los aparatos desconectados y un suero torpemente colgado
que tal vez era ya sólo agua.
Y en la esquina un par de manchas oscuras entre la pintura
amarillenta, tal vez unas gotas de agua trasminadas por el viejo techo sin
reparar. Unas manchas que de pronto se echaron a volar.
Luego una enfermera, cerrando la habitación.
Dejando sólo una mosca dentro.
Sobre el autor
Luis Alejandro Ortiz, nacido en 2001 en Vicente Guerrero, Durango, es un joven escritor que se ha dedicado principalmente a la narrativa y al cuento. En 2012 fue ganador del Concurso Estatal de Cuento en Durango “Erase que se era, mi medio ambiente”. En 2017 fue acreedor de una certificación por la Universidad de Edimburgo en el taller y curso en línea “Introducción a la filosofía”. Actualmente colabora activamente con textos en la plataforma digital “El Blog de la Tertulia Literaria”, y recientemente uno de sus textos titulado "La escalera" fue publicado en la Revista literaria Monolito. Además, se encuentra dedicándose a proyectos literarios tales como la novela, el ensayo, y su predilecto, el cuento.
Dejando sólo una mosca dentro.
Sobre el autor
Luis Alejandro Ortiz, nacido en 2001 en Vicente Guerrero, Durango, es un joven escritor que se ha dedicado principalmente a la narrativa y al cuento. En 2012 fue ganador del Concurso Estatal de Cuento en Durango “Erase que se era, mi medio ambiente”. En 2017 fue acreedor de una certificación por la Universidad de Edimburgo en el taller y curso en línea “Introducción a la filosofía”. Actualmente colabora activamente con textos en la plataforma digital “El Blog de la Tertulia Literaria”, y recientemente uno de sus textos titulado "La escalera" fue publicado en la Revista literaria Monolito. Además, se encuentra dedicándose a proyectos literarios tales como la novela, el ensayo, y su predilecto, el cuento.
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