lunes, 20 de noviembre de 2017

Literatura: Tiempo dormido (cuento corto)

Por: José L. Avendaño


La persistencia de la memoria, Salvador Dalí.


El muchacho seguía los pasos de su abuelo. Se esforzaba con minuciosidad por embonar cada parte del reloj de bolsillo que tenía enfrente. El procedimiento era cauteloso. Entendía su valor: era más que un objeto, pues había escuchado el latir de su vida. El tiempo estaba encerrado en ese espacio tan pequeño, entre los espirales y los engranes que lo componían.  

Amanecía. Junto a su mesa de trabajo relucía un libro de Spinoza. El muchacho pensó entonces que Dios habitaba en su reloj, pues el tiempo era uno de sus atributos. Con este pensamiento fijó su vista por la ventana. El vendedor de periódicos anunciaba entonces que el siglo daba fin. Un arco iris se posaba en el cielo. Miró hacia su libro... era el Cálculo algebraico del arco iris.

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