Rubia,
morena, polvorienta o granulada, pero siempre arena.
Arena
que acoge mis pasiones en silencio, con paciencia.
Arena
que ampara mis lágrimas aislándolas del mundo.
Arena
que calienta mi maltrecho cuerpo cuando me abandono en ella.
Arena
que me sirve de lecho retrasando el momento de volver al silencio de una casa
vacía.
Arena
sobre la que vuelvo mi desazón cuando no quiero pensar.
Arena
que me acerca al mar, que es como acercarme a ti aunque no estés a mi lado.
Arena
como base, bajo el techo azul que me cobija, mientras la palmera se mece
indolente sobre mi cabeza haciéndome sentir en casa.
Arena
rubia, morena, polvorienta o granulada, pero siempre arena.
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