En un hotel de paso una mujer se miraba en el espejo, desde la cama un
hombre admiraba su figura: su cuerpo esbelto y sinuoso hacía enloquecer sus
instintos. Quien escribiera Qué es la
vida se sentía perseguido. Ahora, en ese lugar, tuvo la sensación de que
pronto sería descubierto. La mujer se vistió y le regaló a su amante un largo y
tendido beso.
A millas de distancia otro
semejante a él se bañaba en ese instante con su esposa. La posibilidad de que
ella supiera su engaño era nula. Ambos ofrecían las mismas cualidades y la
misma realidad aparente: su voz, sus facciones y su carácter.
Lo único cierto es que había
un impostor, un gato encerrado, que no era posible descubrir sin antes ver con
cuidado. Ellos se turnaban para estar con una u otra mujer pero ellos no se
habían visto.
Cierta mañana la amante
descubre que está embarazada… inexplicablemente ambos desaparecen.
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