que hablamos sin
interrupciones,
hace tanto tiempo de eso
que ya ni siquiera sé de qué
conversamos.
Ya me cuesta más trabajo tratar de ser tu amiga,
ni siquiera nos alegramos de vernos.
Mientras el humo se disipa y el café se enfría,
mi sonrisa es una
mueca que no puedo evitar.
En lo que recitas tu monologo existencial,
divago en los rincones de mi mente
para rescatar algo que me ayude a rememorar
la razón por la que estamos juntos.
Veo en tu mirada el
hastío hacia todo,
como si te costara trabajo vivir
bajo las condiciones que decidiste imponerte.
A veces me dan ganas de gritarte,
poder decirte todo lo que llevo adentro
pero por querer ser buena,me lo he callado.
Ya viene siendo hora de despedirnos
y fingir que nos vamos a extrañar….
y fingir que nos vamos a extrañar….
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