jueves, 1 de noviembre de 2018

Entremeses Culturales II: José Guadalupe Posada

Por: Arisbeth


José Guadalupe Posada (1852-1913) fue un extraordinario grabador, ilustrador y dibujante mexicano que definió el futuro del arte mexicano retratando la vida en el país durante la Revolución con un corrosivo humor ácido. Entre hambrunas, epidemias y luchas por el poder, este artista logró plasmar su particular visión de México. Un México en el que, tristemente, lo cotidiano y la muerte estaban demasiado cerca.

Sus ideas progresistas lo llevaron a sendas cada vez más críticas que incluían bocetos satíricos que elaboraban una crónica de la vida mexicana de la época o ponían de relieve el sufrimiento de su pueblo bajo el yugo de los grandes terratenientes y caciques, que corrompían la vida política. Y por eso José Guadalupe Posada no caía bien a los poderosos, que lo metieron en la cárcel en más de una ocasión para intentar acallar su voz
—o su mano creadora—. Durante su vida hizo más de 20.000 grabados que podrían clasificarse como expresionistas, en tanto que recrean con extraordinaria imaginación, gran sentido humorístico y profunda capacidad crítica las lacras, miserias y prejuicios de la realidad social y política de su época.

Su obra abarca múltiples temas, entre los que cabría destacar las célebres calaveras o imágenes de ultratumba. La más célebre de estas imágenes no es otra que La Catrina, originalmente llamada La Calavera Garbancera. Y es una genial historia, puesto que Garbancera es la palabra con la que se conocía entonces a las personas que teniendo sangre indígena fingían ser europeos para darse aires porque, en aquél entonces, ser europeo era lo más cool que podía haber.


Originalmente, Posada creó este esqueleto adornado con un sombrero con plumas para satirizar las pretensiones de las mujeres de la clase alta mexicana. Como era de suponerse no se hizo famosa instantáneamente, sino hasta que Diego Rivera la bautizó como La Catrina en su obra Sueño de una tarde dominical en la alameda central. A partir de esta representación, la Catrina tomó fuerza como personaje para el Día de Muertos que se celebra en todo el país y a la cual se le hace relación directa con la burla y la sátira, en donde el mexicano se distingue del folclore por su fiesta y juego hacia el personaje que remite a la muerte, pero también al misticismo.

Como un último apunte, hay que decir que Posada basó su idea de retratar la sociedad como esqueletos vivientes tanto en la cultura milenaria mexicana, como en un género artístico del medievo que trajeron los españoles a México: La Danza Macabra. El tema de estas obras era que la muerte era universal y llegaba para todos sin importar la clase social, la edad o la riqueza.



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