Por: Helena Zirót
Rigardo Márquez Luis es un joven escritor originario del estado de Veracruz, —México— que comenzó a colaborar en diversas revistas literarias desde 2017. Al año siguiente participó en varias antologías de horror, horror queer, y horror erótico, junto a otros autores del genero. Además, ha sido colaborador activo de esta página.
Éste año publica su primera obra El circo de la inmundicia, una antológia de relatos, bajo el sello de Editorial Cthulhu. Por este motivo y porque las fechas lo ameritan, la redacción de El Blog de la Tertulia Literaria tuvo la oportunidad de charlar con él. Reproducimos íntegramente la entrevista:
— TL: ¿Cuál fue aquel momento de tu vida en el que supiste que querías ser escritor?
—RML: La fecha exacta fue en el 2016, cuando fui publicado por primera vez de manera física en una antología de horror erótico bajo el sello de la Editorial Cthulhu. Más precisamente, en el momento en que la editora Marcia Morales Montesinos me comentó que al leer mi cuento junto con el staff pensaron que se trataba de la típica historia de vampiros juveniles, pero que después, conforme el relato iba progresando, se dieron cuenta de que se trataba de algo muy diferente y les encantó. Allí sentí un enamoramiento por el ejercicio de escribir, pues la sensación de ser felicitado por tus ideas y su ejecución no tiene precio. Aunque debo aclarar que por el momento soy un escribidor, pues denominarme escritor sería faltarle al respeto a los verdaderos hacedores de literatura.
— TL: ¿La carrera que estudiaste (Criminología), ha influenciado tu obra?
—RML: Demasiado diría yo, pues me ha dotado de una perspectiva realista. Creo que muchas personas le temen más a los vivos que a los muertos, y la razón estriba en que los seres humanos somos los peores monstruos que pueden existir. Mi carrera también me ha enseñado el funcionamiento del aparato psíquico humano y de las pulsiones, que son elementos primordiales en nuestros actos; la naturaleza de los trastornos mentales y, la joya de la corona —al menos para el horror sexual y grotesco—: las parafilias. Es decir, el proceso del placer desviado, el mecanismo del gozo prohibido, los diferentes tabúes... Pienso que conocer la amplia gama de fetiches que se pueden formar en la psique del ser humano, sin importar que tan inmorales o antinaturales parezcan, te da un mosaico de posibilidades infinitas en cuanto a relatos de horror se refiere.
—TL: La siguiente es pregunta obligada: ¿Cuáles fueron los escritores con los que creciste, las novelas, cuentos, etc., que te inspiraron a crear tu propio mundo literario?
—RML: Yo diría que El narrador de Oscar Wilde. Lo leí a los siete años y desde ese día mi imaginación se desbordó... Sí, creo firmemente que ese cuento me inspiró a soñar. Ya de adulto mis dioses han sido Edgar Allan Poe y Lovecraft. Paréntesis aparte, los autores que me han inspirado de una forma u otra son Clive Barker, Anne Rice, Thomas Ligotti, Poppy Z Britte, Junji Ito, Shintaro Kago, Charles Bukowski, Stephen King, Alan Moore y Neil Gaiman.
—TL: Al ser originario del estado de Veracruz, tierra rica en tradiciones, mitos y leyendas, ¿cómo ha influido en tu quehacer como escritor?
—RML: Mi ciudad natal —Coatzacoalcos— es un lugar lleno de leyendas y seres surrealistas. Desde niño tuve el privilegio de escuchar las historias y anécdotas de mi abuela, quien vivió en los tiempos donde las milpas dominaban todo. Así que me contaba de la existencia de criaturas tales como los chaneques, la llorona, los duendes y aluxes... Naturalmente que he sido influenciado en demasía pues, por ejemplo, hace poco escribí una historia basándome en un relato que ella me contó, sólo que aderezado con un poco de mi cosecha. El cuento se llama Mi primera vez, y está incluido en mi libro El circo de la inmundicia bajo el sello de Editorial Cthulhu.
—TL: Aprovechando la fecha tan propicia, ¿hay alguna vivencia paranormal extraña que hayas tenido?
—RML: No terminaría de contarles... Bueno, en realidad tengo muchas. Una de ellas es que, cuando era un niño, llegando de una fiesta, recuerdo que fui al baño. Al abrirlo vi algo. Aquella cosa tenía forma de un niño grisáceo que estaba parado a un lado del retrete. Eso me causó mucho miedo; tanto, que le conté a mi madre, la que abrió la puerta, y cuando ella entró ya no había nada. Luego, cuando tenía unos 18 años comencé a padecer de horrores nocturnos. De hecho, sentía que me ahorcaban cada noche y despertaba gritando. Cierta vez alcancé a ver lo que me tenía sujetado del cuello: parecía ser una mujer desaliñada, transparente, de largos cabellos y semblante decrépito.
—TL: ¿Cómo nacen las historias que escribes? ¿Cómo nace la inspiración para crear un personaje?
—RML: Mis historias fluyen desde varias aristas. A veces de una noticia real o de un suspiro onírico, inclusive de experiencias propias, aunque claro, encausadas hacía la ficción. Creo que tengo mucha facilidad para extraviarme de la realidad y no es difícil que mientras viajo por el transporte público voy diseñando historias. También me ha sucedió a la espera de las compras e inclusive nacen de mis fobias, como en un cuento titulado Muerte y manuscrito de un nadie, donde un hombrecillo triste y meditabundo se enfrenta al fin del mundo, no sin antes sufrir con una pequeña alimaña que le llena de asco y repulsión. De hecho, mis personajes nacen bajo una estrella maligna pues primero imagino los horrores, la situación y las muertes. Finalmente el personaje que será preparado para el matadero o quizás para volverse verdugo, perpetuando así un ciclo vicioso. Lo que si se me dificulta son los nombres, por ello suelo usar nombres de amigos, editores o colegas para no romperme la cabeza... En ciertas ocasiones he creado personajes basados en personas importantes de mi vida un poco como homenaje, aunque en este caso con fines hórridos.
—TL: Sabemos que aparte de los géneros como el horror y el gore —que son algunos de los temas que toca tu antología— también has escrito poesía y has participado en convocatorias de cuento infantil. ¿Que otros géneros te gustaría explorar?
—RML: Pienso incursionar en historias de índole gótico, ciencia ficción, erotismo, de espada y brujería; de antihéroes, wuxia, westerns, eco-punk, steamgoth, vampirismo, novela negra y romance, entre otros.
—TL: Éste no es el primer libro publicado en papel en el que participas, pero si es tu primer libro como autor único... ¿Qué es lo que encontraremos en él?
—RML: El circo de la inmundicia es un compendio de perversiones, sexo, sangre, realismo, moralejas oscuras y venganzas sádicas. Digamos que es una especie de reflejo de la crueldad humana, puesto que no somos otra cosa que criaturas de deseos atávicos disfrazadas de civilidad. Así las cosas, no será difícil que el lector se encontrará además con varias parafilias, aunque quisiera dejar algo en claro: podría citar las filias que contiene mi libro, las que a primera vista podrían juzgarse de manera malsana. No obstante, me gustaría especificar que cada aberración sexual que he descrito tiene una justificación argumental. Me puedo referir a Las abominaciones en la calle morgue, en donde cierto científico realiza diversas hibridaciones entre especies y por ello la zoofilia tiene su razón de ser. O como sucede en Amor artificial, en donde el incesto sucede como una venganza
amorosa. O tal vez como en La ciudad del mal, la que con todas sus retorcidas parafilias representa el
mejor ejemplo de los oscuros secretos que guardan los poderosos y que la sociedad ignora. Vamos, en mi narrativa la utilización de oscuras patologías de índole psiquiátrico no suceden como simples alegorías morbosas.
—TL: Como lector y como escritor, ¿qué tan importante crees que sea el consumo de los géneros literarios como el snuff, el gore y el horror?
—RML: De suma importancia, ya que dichas obras nos ilustran una posible realidad de la psique humana. Considero que hay muchas personas que viven de forma común y normal que no imaginan lo que la oscuridad oculta ni vislumbran la capacidad de la locura humana y que deben conocer la monstruosidad de los seres humanos. Gente que pueden ser la pareja, los padres, los hermanos, amigas, maestras, un conductor, un tío, un sobrino, entre muchos otros y entender que no pueden confiar sus hijos a alguien sólo por cuestiones de sangre. Ni creer ciegamente en alguien por ser el sujeto amado o por tener una gran amistad con él. Por ejemplo: algunos censuran las obras que contienen pedofilia tildando al autor de enfermo. Sin embargo, es mi sentir, que resulta indispensable analizar el contexto donde se desarrolla la trama de dicha obra e inclusive recurrir a las vivencias del autor, y no siempre irnos por la excusa de que tal o cual libro fomenta la pedofilia. No: una opinión de esta naturaleza resulta casi siempre prejuiciada, porque también es cierto que de un libro que trata semejantes temas se puede extraer un apendizaje valioso, así como entender hechos y circunstancias. Inclusive, una buena parte de las veces el autor considera importante ilustrar la forma en que opera un depredador sexual, que no resulta difícil sea algún familiar cercano a la víctima. El índice de abusos sexuales en menores en México lo señala: son una buena parte de las veces ellos, los familiares, quienes resultan los perpetradores debido a que los consanguíneos nunca supondrían tanta perversidad y premeditación de su parte. Por otro lado, este tipo de delitos quedan muchas veces impunes porque México es un país tradicionalista, donde los padres prefieren callar y no hacer públicos esos menesteres, evitando así cualquier confrontanción con el hermano, primo, sobrino, etc.
—TL: ¿Un consejo que le darías a las personas que no están familiarizadas con la literatura de este corte para que se acerquen a ella y la conozcan?
—RML: Pienso que es una buena oportunidad para dejar atrás tabúes y/o prejuicios heredados. Como dije antes: puede servir para ilustrar e incluso prevenir algunos actos antisociales. Generalmente, cuando una persona lee una noticia sobre violaciones o asesinatos y se percatan que conocían al victimario, nunca imaginaron que tal conocido fuese capaz de hacer algo así. En cambio, si lees este tipo de literatura, sabrás que toda persona es capaz de cualquier atrocidad bajo ciertas circunstancias. Además, siempre he considerado que el peor monstruo es el ser humano; así que, para aquellos cansados de los mismos tópicos de vampiros, lobos, demonios etc., creo que un poco de horror realista les va a venir bien.
—TL: ¿Qué consejos darías a los jóvenes que sueñan con llegar a ser publicados y leídos, así como tú?
—RML: Nunca es demasiado tarde para escribir. Cierto, a veces la posibilidad nos llega tarde. No obstante, es un privilegio que uno debe desarrollar según sean sus motivaciones. Así las cosas, no traten de seguir corrientes literarias, esto es, escribir basados en las modas y ventas actuales del mercado. Considero que cada uno de nosotros tenemos ciertos temas que deseamos desarrollar, por lo que no debe temerse a dejar de entrar en la media popular, pues siempre habrá un sector de lectores potenciales que pueda interesarse por tu obra. Es más, puedo decir que lo peor que he leído ha sido producto de que determinado autor quiere encajar con los temas de moda o en una determinada corriente literaria. Aconsejaría pues a los que recién empiezan que no teman escribir sobre algún tema tabú o prohibido. Cierto, abundar en ciertos temas puede acarrearte el título de enfermo. Pero también es cierto que si tienen algo que ofrecer a dicho tema o abordan una nueva forma de explorarlo, pues venga, porque existen múltiples obras que han sido social o religiosamente prohibidas y, sin embargo, han marcado hitos en la historia. Sugiero también que no se remitan a su propio país, porque ahora con las redes sociales, las oportunidades de escribir buenas historias ambientadas en lugares que incluso no conocemos abundan por doquier. Busquen páginas de editoriales, de revistas en línea, y entren a todas las convocatorias que puedan. No se desanimen por no quedar incluidos tras un primer o segundo intento. Más al contrario, véanlo como un reto y eso sí, lean mucho, estudien sobre los temas que deseen escribir: obras ya existentes, historia antigua, geografía del sitio donde se desarrollará la historia y en fin, todo lo que les ayude a cimentar su universo. En mi caso, en el 2016 me inicié en esto de las convocatorias públicas por internet. En las primeras cuatro no quedé incluído en el producto final y si, fue doloroso. Fue hasta mi quinto intento que fui elegido por Editorial Cthulhu para su antología de horror erótico que fue publicado de forma física, por lo que he seguido participando con ellos hasta ahora, en que su editora principal Marcia Morales Montesinos —a la cual externo mis agradecimientos más sinceros— me propuso sacar un libro como autor único bajo dicho sello... Así que siempre que sean consistentes consigo mismos lograrán sus objetivos.
—TL: ¿Qué viene después del Circo de la inmundicia?... ¿Tienes algo más en mente?
—RML: Pues de entrada espero que le vaya bien al libro, para así afianzar los lazos con la editorial y sacar otro que ya tengo en lista de espera. Por otra parte, tengo en mente otros títulos por terminar —y que aún no tienen sello editorial— como por ejemplo: Monstruofilia, Las Crónicas Apócrifas, Goticario, Los Mecanismos del terro, Dulces de cianuro y Aquelarre, entre otros. Además, seguir participando en las convocatorias que pueda. Con respecto a publicaciones digitales, en breve saldrá el segundo número de la revista Moulin Noir, en la que participo junto a otros varios colegas de la Editorial Aeternum —dirigida por Tania Huerta, Luis Bravo y Kristina Ramos. Dicha publicación es completamente gratuita, por lo que más abajo les dejo el link del número uno.
—TL: ¿En dónde podemos adquirir tu obra?... ¿Dónde podemos encontrarte?
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Rigardo Márquez Luis (México, 1985). Estudió Criminología y Criminalística en la U.P.A.V. «El Ausente» (2017) Revista Nictofilia No 2. «El hada de lo mórbido» (2017) Antología de literatura grotesca. «Fóbetor» (2017) Revista digital Letras y demonios. «La sesión» (2017) Revista digital Letras y demonios. «Necroboros» (2017) Antología “No tan muertos” en honor a George Romero, revista The Wax. «Ordo Satanachia» (2017) Antología “Horror Queer” Editorial Cthulhu. «El monstruo era el humano» (2018) Antología, Editorial Cthulhu. «Entre las milpas» (2018) Revista digital Penumbria. «La granja de la familia Porcel» (2019) Antología Cerdofilia, Editorial Cthulhu. «Juegos Macabros» (2019) Antología digital, Revista Revista Aeternum. «Moulin Noir» (2019) Antología digital de antihéroes, Revista Aeternum. «Crónicas Apócrifas» (2019) Antología zombie II, Ediciones Endora, Ediciones Lulu. «El Circo de la inmundicia» (2019) Editorial Cthulhu.