de haber sabido
de la ponzoña que empuñabas,
yo, en el lugar de tu madre,
te habría amamantado.
Y me respondo:
"el árbol no se abstiene de sus flores
ni escatima en sus frutos,
aunque estos hayan de podrirse
sin que nadie se alimente de ellos".
sin que nadie se alimente de ellos".
Y que contrario a lo que pienso,
de volver a repetirse ésta historia
y de ser posible,
te amaría el doble.
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