miércoles, 14 de septiembre de 2016

Música: El Janitzio que Revueltas soñó

Por: Uriel Delac
 
Isla de Janitzio en Pátzcuaro, Michoacán

Dentro de la producción sinfónica de Silvestre Revueltas ha destacado por su popularidad Janitzio, pequeña obra catalogada como poema sinfónico, que el músico duranguense escribió durante una corta estancia en esa isla de pescadores enclavada en el lago de Pátzcuaro donde se dejó cautivar por el ambiente típico de tal forma que, de inmediato, concibió los temas y la estructura de la composición.

Silvestre Revueltas, fotografía de 1933
Para entender las naturaleza de la obra, habrá que recordar que Revueltas se esforzó por aprovechar todos los recursos de la técnica contemporánea para adecuarla al espíritu de los motivos rancheros típicos de México e incluirlos en sus obras.

Janitzio está concebido en forma tripartita, o sea que consta de una primera parte rápida y alegre, seguida de otra con carácter lento y contemplativo, después de lo cual se repiten los temas melódicos de la primera en una sección final que lleva a la obra a una vigorosa culminación. En esta composición y en contra de su costumbre, el autor utilizó casi textualmente algunos sones populares escuchados en la isla, entre ellos el tema principal en tiempo de vals con que se inicia a toda orquesta. Sin embargo, es un hecho que no hay en esta creación ningún afán descriptivo o de narración musical. De hecho, Revueltas le dio el nombre debido a que algunas de las melodías básicas que se escuchan en ella, fueron oídas y anotadas precisamente en ese lugar tan sugestivo.

Janitzio, por Pavel Ulianov Guzmán Macario
El mismo compositor señaló en alguna ocasión con su habitual ironía, al referirse a esta música: Janitzio es una isla de pescadores ubicada en el lago de Pátzcuaro. Dicho lago es feo. Los viajeros romanticos y sentimentales lo han embellecido con versos y música de tarjeta postal. Yo, para no ser menos, también pongo mi grano de arena en un infinito anhelo de gloria y renombre. La posteridad agradecerá sin duda estos esfuerzos pro-turismo.

El vigor y la ternura espontáneas de la música popular también fueron captadas en esta obra de manera admirable, obteniendo con la orquestación especiales efectos de melodías pueblerinas plagadas de lirismo y sencillez. Lo natural en su construcción y lo bien logrado del contraste instrumental y rítmico, hacen de Janitzio una de las de más fácil captación para el auditorio, virtud a la que se debe en gran parte su popularidad. Este espíritu de autenticidad melódica que priva en la pieza sinfónica confirma las palabras del propio Revueltas cuando expresó: Me gusta toda clase de música, incluso a veces puedo tolerar a los clásicos y en otras ocasiones hasta mis composiciones, pero prefiero la música de la gente de los ranchos y de las poblaciones chicas de mi país.

Erich Kleiber, promotor en Europa de la música de Revueltas
Escrita en 1933 y estrenada el 8 de diciembre del mismo año por la entonces Orquesta Sinfónica de México, dirigida por el autor, tuvo tal éxito que en la formación del programa del último concierto de esa temporada -para la cual el público eligió las obras que más le habían gustado entre las interpretadas durante el año- Janitzio fue la que obtuvo el mayor número de votos. Desde entonces, ha sido ejecutada en numerosas ocasiones por conjuntos mexicanos, hispanoamericanos, estadounidenses, europeos e incluso orientales, siempre con un gran éxito y la admiración generalizada del público. El inolvidable director austriaco Erich Kleiber, quien asistió al referido concierto de fin de temporada, resultó uno de los más impresionados por la originalidad de la composición, a la que comparó con alguna de Mussorgsky, debido a la sensibilidad y realismo de los temas. Es de mencionarse que Kleiber se interesó por ésta y otras obras del duranguense, presentando posteriormente un magno concierto en Viena, con la célebre Filarmónica de esta ciudad, a base de una suite que comprendía Redes, Janitzio y temas de la música para la película Ferrocarriles de Baja California con el título de Paisajes mexicanos.

Silvestre, por JClick
Silvestre Revueltas estrechamente identificado con su pueblo y sus orígenes sintió con igual pasión la vida y la tragedia de otras naciones: la lucha del pueblo español y el asesinato del poeta Federico García Lorca, este último acontecimiento que dio origen a una de sus obras maduras: el Homenaje, estrenado en noviembre de 1936. Éste fue el tributo de un mexicano a una de las eminentes figuras de la intelectualidad hispana y a la España de De Falla, de Casals, de Antonio Machado, de Unamuno y de Picasso, concebido a través de una sensibilidad especial.

La Familia Revueltas, fotografía de 1921
Como es bien sabido, Revueltas procuró, en la mayor parte de su producción, expresar el carácter indiferente y sentimental, pero siempre enérgico, alegre y sarcástico del pueblo mexicano. Nunca he usado temas populares o folklóricos, aunque la mayor parte de estos motivos que he retomado, tienen una raíz del pueblo, expresó. En algunas notas autobiográficas que dejó, hace una confesión en referencia de su concepción musical: He soñado con una música para la cual aún no se han inventado los caracteres gráficos que la expresen. Sueño con una música que es color, escultura y movimiento. Ya sé que esto puede parecer un mero juego de palabras, pero es siempre lo que trato de concretar.

Silvestre Revueltas, fotografía de 1937
Es aquí donde relata una significativa anécdota que avala sus aspiraciones creativas: Tratando de dar forma a mis imágenes escribí una composición para violín y piano y se la mostré a uno de mis profesores, quien al leerla me dijo entusiasmado: 'muy interesante, es de un estilo completamente debussiano'... ¿Debussiano? pregunté, ¿qué quiere decir usted?, 'pues que esa música se parece a la de Debussy', me contestó y observando mis sorpresa, me preguntó: '¿Es que no conoce la música de Debussy?'... Jamás he oído música de ese compositor e ignoro que exista algo semejante a lo que acabo de componer. Más tarde -explica- al conocer la obra de Debussy me percaté que toda mi música mental era idéntica, Debussy me hacía el mismo efecto de un amanecer cuya gama de colores adquiere una plasticidad táctil que se transforma, de mis ojos a mis oídos, en música plástica, música en movimiento. El encontrar a alguien que diera forma a mi mundo nuevo, me hizo sostener una tremenda lucha que se tradujo en mucho tiempo de inactividad, pues resolví no componer nunca sin crear mi propio estilo.

En la película de 1935 Vámonos con Pancho Villa
Tal era la preocupación de Revueltas en sus inicios, por la búsqueda de ese lenguaje tan peculiar, fuera de toda influencia, que al fin, con el tiempo logró plenamente y lo fundamentó en un mensaje de verdaderas raíces populares, sin caer en el falso nacionalismo. Por esta razón, expresaba así sus conceptos: Dentro de mí, existe una interpretación muy peculiar de la naturaleza. Tdoso es ritmo, el lenguaje del poeta es el lenguaje común. Todos lo entienden o lo sienten. El del pintor es el color, la forma, la plástica... Sólo el músico tiene que refinar su propio lenguaje. Para mí, la música es todo aquello junto. Mis ritmos son pujantes, táctiles, visuales, pienso en imágenes que son acordes en líneas melódicas y que se mueven dinámicamente... Por eso, cuando se posesiona de mí la necesidad de dar forma objetiva, grágfica a esos ritmos, sufro una conmoción biológica total. Es mayor el esfuerzo del parto, no por la expulsión, sino por la manera de recoger el producto y llamarle por algún nombre.

Mural de la Casa de la Cultura en Durango
La semejanza de algunas de sus obras con Debussy, Stravinsky o Varése fue totalmente involuntaria y nunca por influencia. Por ejemplo, en Planos, al interpretarse por primera vez, las opiniones se dividieron. Revueltas dijo en esa oportunidad: Algunos pensaron que era Stravinsky -quién sabe qué pensaría Stravinsky-. Como se usaron dos pianos y unos gongs, los acordes del principio y del final recordaron la sonoridad de los últimos acordes de 'Las Bodas'. Sin embargo,  no son ni las mismas notas ni los mismos intervalos. Yal vez fueron los ritmos lo que probablemente les dio mayor semejanza.

Por último, al hablar de Janitzio es imposible dejar de lado esa fuerza telúrica que muestra la pieza y que nos remite no solo a la isla del lago de Pátzcuaro, sino más propiamente a la tierra y a la naturaleza; el anhelo de vivir en ella en paz, de disfrutarla por completo, hasta el corazón mismo del ser, antes de que llegue la muerte, como irremisiblemente lo hace. En Janitzio, Revueltas vuelve a la tierra. No a la de las grandes batallas y hazañas; sino única y exclusivamente a la tierra.


1 comentario:

  1. Sin lugar a dudas, un excelente artículo, como todos los que escribes.
    Muchas gracias !

    ResponderBorrar